ENTREVISTA A ILU ROS
La ilustradora nacida en Mula habla de sus inicios en el mundo de la ilustración, de su primer libro 'Cosas nuestras' y de 'Federico', un libro ilustrado sobre la vida de Federico García Lorca.
ENTREVISTA A ILU ROS
La ilustradora nacida en Mula habla de sus inicios en el mundo de la ilustración, de su primer libro 'Cosas nuestras' y de 'Federico', un libro ilustrado sobre la vida de Federico García Lorca.
Un escritor, bien. Un contador de historias, también. Con
tales definiciones se mostraba Heinrich Böll conforme; pero ocurre que sus
contemporáneos se empeñaron en asignarle apelativos que él repetidamente
rechazó.
No le hacía ninguna gracia que lo calificasen de escritor
cristiano, por más que durante toda su vida profesara la fe con sostenido
convencimiento. Mayor irritación le causaba el ser conceptuado de moralista.
Fue, sí, un hombre de su tiempo, atento a las cuestiones sociales. Un hombre
que a menudo alzó la voz, que participó en movimientos de protesta y expuso sus
opiniones políticas en innumerables entrevistas, artículos, conferencias. Un
entrevistador le preguntó en cierta ocasión cómo se explicaba que para un gran
número de ciudadanos alemanes él representara algo así como la conciencia moral
de Alemania. Respondió sin vacilar: “Porque hay muy poca conciencia.”
ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA
En una isla perdida en medio del océano, dos hombres se defienden, noche tras noche, resguardados en un faro, del asedio de unas extrañas criaturas marinas. Sometidos a la extrema tensión, sin entender las razones del ataque, tendrán que replantearse cómo enfrentarse a lo desconocido.
Dirigida por Xavier Gens (España, 2017)
Me ha parecido leer en los quince
relatos que componen “Malaventura” una niebla amarilla que los enturbia y los
ensucia con la tinta ocre de la fatalidad, de lo que no tiene remedio por mucho
que sus protagonistas se revuelvan en el albero y se rebelen inútilmente contra
el inevitable destino. Y tiene esa niebla una presencia y un peso tan físicos y
contundentes que me ha parecido también como si en cada relato, en cada página,
casi en cada frase, su autor, Fernando Navarro, me gritara a la cara que él es
un tipo (uno de los buenos) acostumbrado a ver la realidad a través del
objetivo de una cámara.
Quizás, por ello, la palabra que más he leído referida a este libro sea Western. De hecho, esta palabra se repite hasta tres veces en la propia faja que abraza al libro —magníficamente editado, por cierto, por Impedimenta—, en unas letras negras sobre un adecuado fondo color mostaza, donde guionistas y cineastas de la talla de, entre otros, Jon Bilbao, Rodrigo Cortés o los hermanos David y Jonás Trueba, logran seducir con sus elogios al curioso lector.
Sin embargo, estos relatos no ocurren en el lejano Oeste, sino en un Este muy cercano, muy andaluz y muy murciano. Desde el primero hasta el último me he sentido atrapado en un territorio reconocible a la vez que difuso, que mi imaginación y algunos detalles entre líneas han querido situar, más o menos, entre el desierto de Almería, la Alpujarra granadina, la serranía jienense y la huerta murciana. Allí me ha parecido reconocer una especie de Macondo de paisajes secos, áridos y hostiles, un territorio que mi tocayo Navarro ha convertido en protagonista indiscutible e imprescindible. Y es que las historias de estos relatos podrían ocurrir en cualquier lugar del mundo, pues abordan temas tan universales como el amor y el odio, la venganza, la maternidad o las infancias truncadas y, sin embargo, es en este territorio —¿inventado?— donde adquieren su total y más jondo significado.
Sí, he escrito “jondo”: aunque la rima y la métrica solo estén presentes de modo directo en el relato titulado “Martinete”, sí hay en todas y cada una de las páginas del libro, a raudales, un lirismo muy flamenco y muy gitano, cantado con una musicalidad y un timbre secos, afilados y desgarrados. No en vano, el libro se abre con una cita a una leyenda del cante jondo como es Tía Anica la Piriñaca: “Cuando canto, me sabe la boca a sangre”. No es difícil imaginar a Fernando Navarro relamiendo el sabor a sangre de sus labios al contar estos cuentos. Como tampoco será difícil que algunos de sus pasajes harán morderse la lengua a más de un lector. Así de aterradoras y plásticas son muchas descripciones.
Y que conste, que Malaventura no es un libro de terror. Aunque es cierto que todos los cuentos tienen un halo fantasmagórico, entre gótico y romántico, que consigue inquietar y que, aunque casi siempre sabes lo que va a pasar —porque el lector lo sabe, porque el destino de los personajes, insisto, está escrito, y estos también lo saben—, no puedes parar de leer. Te alcanza una especie de placer doloroso.
¿De qué van los relatos? Yo creo que el tema central es la desesperación. La desesperación por no poder cambiar las cosas. Por no poder estar con la persona a la que se ama. Por tener que matar al otro aunque no se quiera, solo porque así debe ser y está escrito. Por no poder perdonar. Por no poder escapar de un lugar y un tiempo que parecen haberse detenido para siempre.
Aquí debo hacer otra apreciación: estamos ante un libro de cuentos que se lee como una novela. No hay una trama única, un principio-nudo-desenlace, pero sí hay una unidad potente a través de tres elementos: el paisaje, las desgracias de los personajes y un tiempo que, aunque nunca se nos dice cuál es, se nos dan algunas pistas (menciones a Franco, a la furgoneta DKW, a los cigarrillos Bisonte…), que trazan un arco temporal que podría abarcar desde los años del bandolerismo hasta los 70 del siglo XX.
Por último, me gustaría hacer una referencia a la manera en que hablan los personajes y, ojo, también el propio narrador. Las expresiones, giros y formas son muy auténticas. Esos diminutivos (“burrico”), esos participios (“enlutao”, “despistá”), esos sustantivos (“pirriaque, zagalas”) trasladan la sensación de que el cuento no es nuevo, sino que Fernando Navarro lo ha recogido de la tradición oral. Como si en realidad fuera una leyenda ancestral de ese territorio mítico, que el autor se ha limitado a poner por escrito. De hecho, los distintos narradores de los relatos son muchas veces poco fiables. Es un niño, habla de memoria, rumorea, reconoce que se ha equivocado o que, directamente, ha mentido…
Para terminar, diré que Malaventura es un libro corto, ágil, pero no para leer de un tirón. La intensidad de los relatos requiere un descanso entre uno y otro para saborearlos y asimilarlos en profundidad. Y quiero volver a la faja del libro —insisto, maravillosamente editado por Impedimenta, con esa portada con la muy evocadora imagen de una serpiente de dos cabezas reptando entre flores rojas—, en ella se nos anuncia que estamos ante “un híbrido de Cormac McCarthy y Lorca”. ¿Un cruce entre La Carretera y Bodas de Sangre? Lo suscribo plenamente. No hace falta decir, por tanto, que me ha encantado. Muy recomendable. Como un buen trago de bourbon. O un tequilazo, eso sí, nada de sal ni de limón.
FERNANDO REPISO
https://www.librosyliteratura.es/malaventura.html
MALAVENTURA, GANADOR DEL XIX PREMIO SETENIL AL
MEJOR LIBRO DE RELATOS PUBLICADO EN ESPAÑA EN
La mitología antigua tiene el don
de expresar y contener todo lo que nos afecta, nuestros miedos, nuestras
pasiones, nuestros duelos… los
descubrimientos de griegos y romanos nos interpelan desde el pasado.
Irene Vallejo
No es habitual hallar en un mismo libro dos géneros
literarios tales son la narrativa y la poesía. Lo prosaico y lo lírico
ensamblados en una suerte de mágica comunión, rigor y coherencia, juventud y
madurez se citan para redescubrir al lector dos universos tan distintos como
armónicos entre sí: el uno descriptivo, donde la leyenda y el mito ocupan un
lugar preferente, pero sin perder esa visión actual e innovadora; de otra, la
reflexión, lo real imaginado, trascendido al verso, a lo absoluto, desconocido,
invisible. Tampoco es habitual que sean
dos las miradas, las voces que se ensamblan, y que sean dos mujeres quienes dan
luz a tanta oscuridad. De igual manera no es corriente que una editorial
apueste por este tipo de textos, que arriesgue tanto, que sofoque las soflamas
de quienes sólo entienden la edición como beneficio comercial únicamente frente
a la calidad de los manuscritos. Así este libro es un todo, la fusión de la
buena literatura de sus autoras: Irene Vallejo (narradora) e Inés Ramón
(poeta), y una edición excepcional: Olifante, al cuidado desde 1979 de Trinidad
Ruiz Marcellán. Con todo ello, el resultado no es sino un libro con un
contenido y un continente extraordinarios.
JOSÉ ANTONIO SANTANO
https://republicadelasletras.acescritores.com/2019/09/19/la-manana-descalza-de-irene-vallejo-e-ines-ramon/
CENTENARIO DE LA MUERTE DE FRANZ KAFKA
“Franz Kafka busca siempre decir lo máximo con lo mínimo”
Joan Tarrida
Durante su corta, pero intensa vida, el escritor checo
cultivó su pasión por las letras y también por el arte, a través de dibujos que
demuestran la esencia de su obra. A un siglo de la muerte del autor, Joan
Tarrida, editor español de Los Dibujos, el último libro póstumo de Franz Kafka,
comparte con Culto su mirada sobre el "visionario" escritor.
ADAPTACIONES CINEMATOGRÁFICAS DE
LA METAMORFOSIS
Franz Kafka's It's a
Wonderful Life (Peter Capaldi, 1993)
A medio camino entre el relato existencialista y la fábula
de la incomunicación, es uno de los textos que más juego ha dado en el cine, ya
que cuenta con un buen puñado de adaptaciones a la pantalla aunque ninguna
demasiado popular.
[seguir leyendo texto & vídeos...]
LA METAMORFOSIS (novela gráfica)
(adaptación de Peter Kuper)
AUDIOLIBRO
[audiolibro narrado por Jesús Polvorinos]