jueves, 24 de junio de 2010

José Saramago, poeta




EN LA ISLA A VECES HABITADA

En la isla a veces habitada de lo que somos, hay

noches, mañanas y madrugadas en que no

necesitamos morir.

Entonces sabemos todo lo que fue y será.

El mundo aparece explicado definitivamente y

nos invade una gran serenidad, y se dicen las

palabras que la significan.

Levantamos un puñado de tierra y la apretamos

entre las manos.

Con dulzura.

Ahí se encierra toda la verdad soportable: el

contorno, el deseo y los límites.

Podemos decir entonces que somos libres, con la

paz y la sonrisa de quien se reconoce y viajó

infatigable alrededor del mundo, porque

mordió el alma hasta sus huesos.

Liberemos lentamente la tierra donde ocurren

milagros como el agua, la piedra y la raíz.

Cada uno de nosotros es de momento la vida.

Que eso nos baste.

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