domingo, 5 de febrero de 2012

JUAN RULFO

"Me llamo Juan Nepomuceno Pérez Rulfo Vizcaíno, me apilaron todos los nombres de mis antepasados maternos y paternos como si fuera el vástago de un racimo de plátanos, y aunque siento preferencia por el verbo arracimar me hubiera gustado un nombre más sencillo."

Juan Rulfo (Apulco, Jalisco, 1917-México) nació en la casa familiar de la hacienda de Apulco, pequeño lugar dependiente administrativamente de Sayula en donde fue registrado su nacimiento el 16 de mayo de 1917, pero realmente pasó los años decisivos de su niñez en otra población cercana llamada San Gabriel, un pueblo que había sido próspero, pero que, como a tantos otros, lo arruinó la Revolución. El sur (“Los Bajos”) del estado de Jalisco, al que pertenecen estos lugares de la infancia de Rulfo, estaba en aquel tiempo muy aislado, empobrecido, abandonado y sumido en la anarquía. Cronológicamente hay que situarse a finales de la Revolución Mejicana (1910-1920) y en medio de la rebelión de los Cristeros (1926-1928), la violenta reacción de los sectores católicos tradicionales contra el laicismo revolucionario.

"La cristiada se caracterizó más que nada por el saqueo, tanto de un lado como del otro. Fue una rebelión estúpida porque ni los cristianos tenían posibilidades de triunfo, ni los federales tenían los suficientes recursos para acabar con estos hombres que eran de tipo guerrillero."

La infancia de nuestro autor fue desarrollándose, pues, entre revueltas campesinas, bandolerismo, saqueos, incendios, matanzas y protestas sociales. Precisamente, como resultado del fanatismo y de la violencia de aquella época y de aquel territorio devastado, su padre fue asesinado, así como varios de sus tíos.

Cristeros en misa
“Yo tuve una infancia muy dura, muy dificil. Una familia que se desintegró muy fácilmente en un lugar que fue totalmente destruido. Desde mi padre y mi madre, inclusive todos los hermanos de mi padre fueron asesinados. Entonces viví en una zona de devastación. No sólo de devastación humana, sino devastación geográfica. Nunca encontré ni he encontrado hasta la fecha la lógica de todo eso. No se puede atribuir a la Revolución. Fue más bien una cosa atávica, una cosa de destino, una cosa ilógica. Hasta hoy no he encontrado el punto de apoyo que me muestre por qué en esta familia mía sucedieron en esa forma, y tan sistemáticamente, esa serie de asesinatos y de crueldades.”

La pronta muerte de su madre, cuando él tenía diez años, vino a colmar el vaso de las desgracias familiares. Tras salir de un orfanato de Guadalajara, en 1934 se radica en México D.F., y comienza a escribir sus trabajos literarios y a colaborar en la revista América. Cuatro años después, quizá movido por su propia situación como habitante de la gran ciudad, comenzaría el intento de una primera novela, El hijo del desconsuelo, un texto sobre los campesinos emigrados a la ciudad que acaba destruyendo por juzgarla excesivamente retórica. En 1942 publica dos cuentos que formarán parte de El llano en llamas. Este mismo año comienza a escribir Pedro Páramo, obra que vería la luz más de diez años después.

"‘Tenía los personajes completos de Pedro Páramo, sabía que iba a ubicarlos en un pueblo abrasado por el desierto, sabía cómo iba a transcurrir toda la novela; pero no sabía cómo iba a decirlo, me faltaban las formas. Y para eso escribí los cuentos de El Llano en llamas, para soltar la mano."



Clara Aparicio
En 1947 comienza a trabajar para la Goodrich Euzkadi -empresa  fabricante de neumáticos- como publicista y representante, y a raíz de sus viajes de trabajo inicia su notable labor fotográfica. Un año después se casa con Clara Aparicio, cuya relación epistolar fue publicada hace unos años (Aire de las colinas. Cartas a Clara. Debate, 2000). Posteriormente, y gracias a la subvención de la Fundación Rockefeller, Juan Rulfo puede dedicarse plenamente a la escritura.

Facsímil de la primera edición de "El llano en llamas"

En 1953 publica El llano en llamas -una colección de relatos-, y dos años más tarde aparece Pedro Páramo. De esta última obra opinaba Borges que "es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de toda la literatura". A partir de la publicación de estos dos libros -y de sus numerosas traducciones- el prestigio literario de Rulfo habrá de incrementarse de manera constante, hasta convertirse en el escritor mexicano más reconocido en su país y en el extranjero. La segunda novela de Juan Rulfo, El gallo de oro, fue escrita entre 1956 y 1958, pero no llegó a publicarse hasta 1980, habiéndose utilizado previamente para producir una película del mismo título.

1967. Versión cinematográfica de Pedro Páramo, dirigida por Carlos Velo. Rulfo dice en esta época renunciar a publicar ningún texto literario más, declaración que, coincidiendo con el “boom” de la narrativa hispanoamericana en España y Europa, ayuda al proceso imparable de mitificación del novelista. Sin embargo, Juan Rulfo estaba escribiendo lo que parecía una nueva novela –que pensaba titular La cordillera–, pero que no habría acabado aún 20 años más tarde...

Obtuvo importantes premios: el Nacional de Literatura en México, en 1970, y el Premio Príncipe de Asturias en España, en 1983.




Durante las dos últimas décadas de su vida, Juan Rulfo desarrolló una intensa actividad en favor de los más desprotegidos a través de su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista de México, donde se encargó de la edición de una de las colecciones más importantes de antropología contemporánea y antigua de México. El escritor nacido en Jalisco, que había sido un atento lector de la historia, la geografía y la antropología de su país a lo largo de toda su vida, colmaría con este trabajo una de sus vocaciones más duraderas.

Falleció en México, en 1986.






1 comentario:

  1. muy bueno mañana 2 de marzo en http://radioecologicadelmayab.com/blog/ en punto de las 6 de la tarde tendremos un programa donde hablaremos de 3 manifestaciones de la obra de rulfo, literatura, fotografia y cine saludos!!1

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