martes, 29 de septiembre de 2009

LOS PERSONAJES SOLITARIOS DE MURIEL BARBERY


La escritora francesa arremete contra la burguesía en
'La elegancia del erizo' AURORA INTXAUSTI - Madrid - 05/10/2007



Un libro que cae de una estantería, un gato que sitúa sus patas sobre el nombre de una mujer y la imaginación de Muriel Barbery (Bayeux, Francia,1969) han posibilitado que los lectores puedan tener entre sus manos La elegancia del erizo (Seix Barral), una oda a la belleza de las personas que nos rodean y una crítica mordaz a la burguesía francesa. La escritora habla en su literatura de la soledad, de la inteligencia del individuo y de la solidaridad. La elegancia del erizo descubre a mujeres y hombres que viven juntos pero en mundos diferentes, separados por la cultura y las condiciones sociales. Cuenta una historia que emerge del número 7 de la calle Grenelle, un inmueble burgués de París, en el que nada es lo que parece. Dos de sus habitantes esconden un secreto. Renée, la portera, lleva mucho tiempo fingiendo ser una mujer común. Paloma tiene 12 años y oculta una inteligencia extraordinaria. Ambas llevan una vida solitaria, mientras se esfuerzan por vencer la desesperanza.

El personaje de la portera aparece fugazmente en La golosina, el anterior libro de la escritora, profesora de Filosofía en Bayeux, trabajo que abandonará durante un tiempo tras el éxito editorial logrado en su país. "Deseé crear un personaje en el que cupiese el desarraigo y la soledad más absoluta y que al mismo tiempo tuviese la capacidad de tener un amplio conocimiento de la vida y fuese una sabia". Muriel Barbery ha llegado a la conclusión de que "la inteligencia es algo transversal a todos los estratos sociales" y, por ello, tanto Renée como Paloma pueden compartir las mismas inquietudes intelectuales. A pesar de tener un físico muy poco agraciado, Renée es, en realidad, una experta en gramática, sensible con las naturalezas muertas holandesas, que lee a Tolstói, escucha a Mozart y al rapero Eminem, y le encanta el cine japonés de Ozu -una pasión que comparte también la escritora, que se trasladará un año a Villa Kujoyama en Japón para escribir su próxima novela-. "Si hubiera una intención en el libro sería la de mostrar a unos personajes solitarios", subraya Barbery, quien explica que la aparición de Paloma, que escribe un diario doble, se produjo cuando llevaba escrito el 80% del libro y tuvo que volver a empezar para darle un protagonismo mayor.
En La elegancia del erizo, la escritora alude a las dificultades de algunos seres humanos para entablar relaciones. "Es algo que a mí me resulta muy difícil. La mayor parte de mi vida la he pasado en un círculo muy restringido por el temor a lo desconocido". Habla Barbery de su crítica a la burguesía en el libro. "En mi país hay una gran fractura entre las clases sociales y un elitismo cultural muy fuerte. El fenómeno de la integración de la inmigración ha sido un absoluto fracaso".
La escritora se ruboriza ante una sesión fotográfica y huye de las cámaras de televisión, una timidez que le llevó a pensar en sus inicios que su obra jamás iba a ser publicada. "Cuando escribes te metes en un mundo impenetrable, tan íntimo que me resulta chocante que se vaya a publicar o salir a la luz lo que imagina mi mente y se va reflejando en el ordenador. Admiro a los escritores que tienen un plan o una estructura, pero yo me siento por la mañana y no sé hacia dónde voy a tirar. Además, si lo sé, malo, porque seguro que luego no vale para nada. Hay momentos en los que tengo la impresión de estar como en trance". Su peculiar forma de escribir se condensa en capítulos muy cortos que dejan al lector expectante ante los acontecimientos que va descubriendo en La elegancia del erizo
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viernes, 11 de septiembre de 2009

EL TAMBOR DE HOJALATA (1959-2009)

Los otros laberintos de Günter Grass.

"Siempre estoy dibujando aunque no estoy dibujando realmente, porque estoy escribiendo o concentrándome en no hacer nada. También al escribir las frases empezadas en un papel, siguen dibujándose en otro".



Günter Grass

Además de sus conocidos trabajos dentro de la novela, la biografía y el ensayo, el autor de “El tambor de hojalata”, cuya publicación cumple este año medio siglo, se ha internado por otros laberintos, plásticos y librescos: dibujo, acuarela, escultura y poesía. Es larga la lista de escritores que se expresaron, también, con ayuda del pincel, el lápiz o el cincel: García Lorca, Víctor Hugo, Pérez Galdós, Bruno Schulz, William Blake, etc.




Günter Grass trabajó como aprendiz de marmolista en 1947. Al año siguiente estudió pintura y escultura en la Escuela de Bellas Artes de Düsseldorf, y, algunos años después, en Berlín. En 1955, antes de publicar “El tambor de hojalata”, presentó su primera exposición de escultura.



Günter Grass:“Rücken an Rücken”2002


"La obra gráfica corre paralela a la prosa. Son mundos artísticos distintos que responden a criterios estéticos. En algunos casos, mis dibujos reflejan acontecimientos de la vida. Por ejemplo, durante los seis meses que pasé en Calcuta, sólo pude pintar. No podía expresarme de otra manera: los hombres viviendo de la basura, en la basura de la sociedad, convertidos ellos mismos en basura. Pero la mayoría surge de un universo de imaginación y fantasía".






En 2009 ha sido publicado su último libro de poesía, “Payaso de Agosto”, ilustrado con dibujos del autor, una costumbre que se remonta a 1972, cuando vio la luz su “Diario de un caraco






Su primer premio literario lo alcanzaría en un concurso de poesía, logrando el tercer premio en el concurso de poesía de la emisora de radio Süddeutscher Rundfunk, en 1955. De entre sus primeros trabajos hemos rescatado el siguiente poema:



Glück (Felicidad)


Un autobús vacío
se precipita en la noche cuajada de estrellas.
Tal vez cante su conductor
sintiéndose feliz.


jueves, 10 de septiembre de 2009

GÜNTER GRASS















Günter Wilhelm Grass nació en Ciudad libre de Dánzig, el 16 de octubre de1927. Hijo de Willy Grass, un cristiano protestante alemán, y de Helene Grass ,una cristiana católica de origen polaco. Grass creció como católico.
En su novela A paso de cangrejo ( 2002), recuerda el destino de millones de alemanes que fueron víctimas de la Segunda guerra mundial. La pieza central del libro es el hundimiento del barco Wilhelm Gustloff, el 30 de enero de 1945, con miles de refugiados de la Prusia Oriental a bordo; muchos de ellos, niños. Como en Alemania es un tema monopolizado por las poderosas asociaciones de refugiados de Prusia Oriental, de corte conservador, Grass corría el riesgo de verse adscrito a una ideología que no era la suya. Por eso en su novela va contraponiendo el tema de la muerte de miles de refugiados alemanes con el destino fatal de un joven de la ultraderecha. Causó decepción, principalmente en la izquierda, su confesión al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung según la cual en su juventud perteneció a las Waffen-SS Hasta antes de esta confesión, se conocía que en 1944 ingresó en el ejército como auxiliar de artillería y después sirvió como soldado. Grass asegura que su ingreso a las Waffen-SS no fue voluntario ya que fue destinado,a los 17 años, a Dresden, donde sirvió en la 10ª División Panzer SS Frundsberg en ese grupo de choque nazi. Detalles de su vida aparecen en la autobiografía Pelando la cebolla, en la que relata su infancia, su vida como soldado, sus inicios como escritor y su relación con el Papa Benedicto XVI, quién también fue prisionero de guerra en Bad Aibling, Baviera. Ante estas revelaciones, Grass ha recibido fuertes críticas, por lo que ha sido defendido entre muchos otros por Volker Schlöndorff, por Salman Rushdie y Mario Vargas Llosa. Fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1999 y el Premio Nobel de Literatura en el mismo año. Son múltiples sus compromisos en el campos del arte, la cultura, la política y los derechos humanos



EL TAMBOR DE HOJALATA Obra de la que nos ocuparemos en la primera reunión de nuestro club de lectura en esta nueva temporada. Se trata de una novela estructurada en tres libros; que a su vez está dividida en episodios. y fue llevada al cine por el director alemán Volkor Schlöndorff El tambor de hojalata fue considerado de difícil lectura cuando se publicó en 1959. EL tiempo le ha otorgado la facilidad de las obras maestras, la indiscutible afirmación de su propio genio, la talla enorme de su desmesurada inventiva, la clara penetración de su crítica cruel, casi masoquista -de alemán sobre Alemania-. La historia de Oscar, el pequeño que no quería crecer, es uno de los símbolos literarios más entrañables de nuestro tiempo. Rica en lo que se refiere a todos los sentimientos humanos. Entre los símbolos que el autor maneja dentro de su obra, “el tambor” es el más obvio e importante de todos. El tambor se convierte en un elemento de poder y de defensa sobre y contra quienes atacan este mundo que debe ser inviolable. Pero todo y cada uno de los elementos que se plantean dentro de la obra son recursos sobre los cuales se ha aplicado una gran dosis de creatividad. Es un libro que está escrito en primera persona del singular y maneja un tiempo rotativo entre presente y pasado. Sin lugar a duda es una de las piezas literarias más ricas de la literatura y de la narrativa del siglo XX .
Relación de otras de sus obras:

Biograficas
Cinco decenios
Pelando la cebolla
La caja

Novelas
Faltan diez minutos para Buffalo
El tambor de hojalata
El gato y el ratón
Años de perro

Ensayo
Alemania: una unificación insensata
Malos presagios
Discurso de la pérdida. Sobre el declinar de la cultura en la Alemania unida