Subtitulada
Drama de mujeres en los pueblos de España,
fue escrita en 1936 y va más allá del drama para consolidarse como una tragedia
de una fuerza extraordinaria. Bernarda Alba decide llevar el luto más riguroso
después de haber enviudado por segunda vez. Sus cinco hijas, víctimas de la
rigidez de la madre, se ven encadenadas a la casa familiar, cerrada a cal y
canto por la sombra de la muerte e invadida por el hombre que llevará la
desgracia a la casa de la familia. Un drama rural sobre cómo los valores sociales
y el fanatismo son capaces de sofocar las ansias de libertad y las raíces del
deseo.
La
casa de Bernarda Alba, clasificada como drama rural, fue terminada en junio de
1936 poco antes de que el poeta muriera asesinado. Está inspirada en hechos
reales de una familia vecina en Granada conocida por el autor.
Margarita Xirgu en el papel de Bernarda |
La
obra, estrenada en Buenos Aires en 1945 por la compañía de Margarita Xirgu, en
España no se pudo representar hasta 1964. Desde entonces se ha convertido en un
clásico de la literatura española y universal.
Tras
la muerte de su segundo marido, Bernarda Alba impone a sus cinco hijas un luto
de ocho años: durante ese tiempo no podrán salir de su casa,
quedarán recluidas, como en una cárcel.
Pueden permitírselo porque pertenecen a una acomodada familia de media-alta
clase rural, tienen criadas y viven de las rentas.
El
luto impuesto se trata de la exageración de una costumbre real, de una
tradición llevada a extremos increíbles. Pero esa misma exageración, ese exceso sitúa la obra en el plano de lo
mítico, lo legendario y lo simbólico.
Las
hijas viven una diferente situación. Solo Angustias sabe que va a salir de ese
encierro porque está prometida para casarse con Pepe el Romano (éste no la
quiere, solo se casa por la dote). El resto tiene que resignarse a vivir sin
salir a la calle mientras dure el luto. Pero la forma que tiene cada una de
ellas de afrontarlo será diferente:
Magdalena y Amelia son mas sumisas, pronto se resignan y pierden la esperanza y
la motivación; Martirio, en cambio, se consuela mostrando envidia y odio, especialmente en su relación
con Adela y Angustias; y Adela, la
más rebelde, no se resigna a estar como
enterrada en vida y quiere disfrutar de su cuerpo y su juventud, y a pesar de
las limitaciones, se hace amante de Pepe el Romano.
Recordemos
que ninguna puede salir de la casa. Pero Angustias, como va a casarse, puede
entrevistarse con su novio a través de la ventana de su habitación. Los
encuentros se hacen por la noche, y cuando acaba la entrevista, “El Romano” va
al otro lado de la casa hasta la ventana de Adela que ha llamado su atención y
se ha convertido rápidamente en su amante.
La
Poncia (una de las criadas) es la primera en descubrir la situación, pero no
dice nada a Bernarda. Martirio pronto conocerá también los encuentros secretos
de Adela y es precisamente ella quien en el acto tercero, movida por los celos,
delate a su hermana.
Los
amantes son sorprendidos, hay una confusión, se oye un disparo y Adela creyendo
muerto su amor, toma la solución más trágica.
En
resumen, la obra muestra un enfrentamiento de fuerzas irreconciliables: por un lado, Adela
representante del vitalismo y la pasión
que nunca renunciará a buscar su libertad como persona mas allá del presidio de
su casa; por el otro, Bernarda, representante de todas las restricciones
sociales y morales que oprimen al ser humano.
Personajes
Bernarda
Alba representa las convenciones morales y sociales más conservadoras. Su
principal preocupación es guardar la apariencia, el qué dirán. Es capaz de
imponer a sus hijas el tormento de 8 años de luto sólo por una cuestión de
dignidad social llevada al extremo (el
luto, en condiciones muy extremas podía llegar como mucho a los tres años), por
guardar las apariencias, por parecer más
decente que los demás.
Es
orgullosa y dominante (“Aquí se hace lo que yo mando”). Siempre impone su
voluntad. Su dura personalidad no deja nunca ver al más mínimo sentimiento (“Yo
no me meto en los corazones”).
Como
veremos toda la obra está repleta de símbolos y en este sentido Bernarda
representaría la autoridad ciega y opresora. La primera palabra que pronuncia
en la obra es “Silencio” y tras la muerte de Adela cierra la obra diciendo
“silencio, he dicho silencio”. Simbólicamente vemos como ella abre y cierra el
círculo infernal del que no se puede escapar.
Las
hijas
Todas
las hijas viven con el deseo del mundo exterior (“querer salir”). Y todas ellas
están más o menos obsesionadas por lo erótico. Las cinco hijas de Bernarda
representan actitudes que van de la sumisión o la resignación a la rebeldía.
Angustias (39 años). Hija del primer matrimonio de
Bernarda, lo que la convierte en prácticamente la única heredera. Es una mujer,
como se dice en la obra, fea, delgada, débil y enfermiza. A pesar de ello, se
va a casar con Pepe el Romano por la motivación de la herencia (o dote).
Junto
con Martirio y por supuesto Adela, es la hija que más peso dramático tenga en
la obra.
Magdalena
(30 años). Por una parte da muestras de sumisión, pero puede sorprendernos con
amargas protestas. Ella hubiera preferido ser un hombre, ya que ha abandonado la idea de casarse. Tiene una
escasa participación en la obra.
Amelia
(27 años). Uno de los personajes menos caracterizado. Podemos decir de ella que
era: resignada y tímida
Martirio
(24 años). Personaje más complejo. Pudo haberse casado, si su madre no se lo
hubiera impedido, pero el novio no era de su gusto, no pertenecía a la misma
clase social que la familia de Bernarda, es decir, pequeños hidalgos
campesinos.
Actúa
de un modo bastante irracional, en especial en lo que se refiere a su hermana
Adela. Ella también está enamorada de Pepe el Romano y, movida por los celos,
será la que desencadene la tragedia final, pues, y lo dice expresamente en la obra,
“Pepe será solo para Angustias o no será para ninguna”.
Adela
(20 años). Es la más joven, hermosa y
apasionada. En el primer acto, por ejemplo, aparece vestida con un traje
verde (símbolo de vitalismo y vida).
Es
la que tiene más deseos de libertad hará que inevitablemente sea la primera
hija que se enfrente con su madre. Si su
madre les impone una reclusión de 8 años, ella no se resigna a soñar, a
sentirse libre al menos con la imaginación, a no perder la esperanza. Y los
deseos los realiza al hacerse amante de Pepe.
En
el plano social, si Bernarda Alba
representa un estricto código moral de la honra y la dignidad de la
mujer que debe guardar su virtud y, en consecuencia, la virginidad fuera del
matrimonio, Adela rompe con todas las reglas y convenciones impuestas para una
mujer de su época: “¡Mi cuerpo será de quien yo quiera!”. Se hace amante de
Pepe el Romano aunque esto suponga quedar “manchada”.
Otros
Personajes
María
Josefa (80 años) La madre de Bernarda. Está loca y vive encerrada en su
habitación. Representa simbólicamente los problemas centrales: la frustración
de las mujeres y el deseo de matrimonio, el deseo de maternidad, la búsqueda de
la libertad: “¡Quiero salir y casarme a la orilla del mar, a la orilla del mar
¡Quiero irme de aquí, Bernarda! A casarme a la orilla del mar, a la orilla del
mar.”
La
Poncia (60). Vieja criada: interviene en las conversaciones, en los conflictos,
hace advertencias, da consejos a Bernarda. Tiene bastante presencia en la obra.
Será la primera en descubrir la relación entre Adela y Pepe, aunque no la
delata.
La
Criada (50). De mucho menor importancia que Poncia; se muestra sumisa e
hipócrita enfrente de Bernarda (aunque la odia)
Pepe
El Romano. Aunque no aparece en escena
está presente en toda la obra como foco de las tensiones. Es la
encarnación del hombre como objeto del
deseo. Va detrás del dinero de Angustias, pero se enamora de Adela.
Estructura
Tres
actos que coinciden el desarrollo argumental de la obra:
Acto
I: planteamiento (la situación de luto, Angustias, novia del Romano: la única
que va a salir)
Acto
II: nudo (Adela y Pepe son amantes)
Acto
III desenlace (descubrimiento de los amantes y tragedia final)
Tema
central
El
tema principal de la obra es el mismo que recorre toda la obra de Lorca: el
enfrentamiento entre la libertad individual y la autoridad (normalmente
representada en las normas y restricciones sociales y morales). Las hijas
ansiosas de vida y libertad son reprimidas por la autoridad de Bernarda.
El
erotismo y el deseo sexual
El
sexo es presentado en la obra como un instinto tan ciego e irracional como el
poder y la autoridad que representa Bernarda. El deseo sexual condiciona a
todas las hijas, pero se manifiesta con toda su fuerza en Adela: la única que
no puede reprimirlo, que se deja llevar por su pasión aunque le cueste la vida.
Dice: “Nadie podrá evitar que suceda…”, “Mi cuerpo será de quien yo quiera…”,
“Me pondré delante de todos la corona de espinas”; “Aquí se acabaron las voces
de presidio… en mí no manda más que Pepe!”
La
hipocresía, el mundo del “qué dirán” y la marginalidad de la mujer
El
tema de la hipocresía está relacionado con el de la marginalidad de la mujer y
el sentido de la honra. Lo que es consentido en los hombres no lo es en las
mujeres. Estas viven guardando las apariencias, comportándose como se espera de
ellas: honestas, solo tienen novio para casarse con él y luego son obedientes
esposas y cuidadoras de su casa.
Dice
Bernarda: “Yo no me meto en los corazones, pero quiero buena fachada y armonía
familiar”; e insiste en ello varias veces: “quiero buena fachada” (o sea,
mantener la apariencia). Como los otros
aspectos represivos de la obra, es Bernarda quien, a pesar de ser mujer,
defiende los valores sexistas que impiden a la mujer manifestarse. Un buen
ejemplo de esta actitud la encontramos en los consejos que da a Angustias para
cuando se case (acto tercero):
Bernarda:
¿Qué cuenta Pepe?
Angustias:
Yo lo encuentro distraído. Me habla siempre como pensando en otra cosa. Si le
pregunto qué le pasa, me contesta: «Los hombres tenemos nuestras
preocupaciones.»
Bernarda:
No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y míralo
cuando te mire. Así no tendrás disgustos.
Angustias:
Yo creo, madre, que él me oculta muchas cosas.
Bernarda:
No procures descubrirlas, no le preguntes y, desde luego, que no te vea llorar
jamás.
Angustias: Debía estar contenta y no lo estoy.
Bernarda:
Eso es lo mismo.
Manos cortadas, dibujo de F. Gª Lorca |
La
envidia y el odio
Se
manifiesta en las hijas y es una consecuencia directa de su presidio. Todas
envidian a Angustias porque siendo la más fea y vieja es la única que por su
dinero tiene la posibilidad de casarse y salir de la casa. Pero es entre Adela
y Martirio donde se muestra con toda su fuerza el sentimiento de envidia y
odio. A Martirio le hubiera gustado ocupar el lugar de Adela como amante de
Pepe El Romano y por celos delata a su hermana lo que desencadena la tragedia
final.
El
Espacio
La
acción se desarrolla en la casa de Bernarda Alba, un espacio cerrado. Este
lugar, transmite una atmósfera asfixiante y es
comparado a lo largo de la obra con un “convento”, un “presidio” o un
“infierno”.
Si
el mundo interior junto con el calor de verano en que se desarrolla la acción
dramática reprime las pasiones y ahoga a los personajes, el mundo exterior
(nunca presente físicamente en la obra y como Pepe El Romano solo aludido o
nombrado) representa la libertad y la vida.
El
Lenguaje
El
manejo del lenguaje en la obra es magistral y es el elemento que hace creíble
la mezcla de realidad y poesía de la
obra. Los personajes emplean una lengua que parece coloquial y adecuada al
mundo rural, pero es solo apariencia porque se trata de un lenguaje muy medido
y rítmico, conciso y preciso, y con una fuerte carga poética. El diálogo
destaca por el empleo de réplicas cortas
y rápidas. Pero, como decimos, lo nuevo y original es que Lorca fue capaz de
crear un lenguaje literario (nadie en los pueblos habla como lo hacen los
personajes de la obra) pero de apariencia coloquial.
La
Poncia: Tirana de todos los que la rodean. Es capaz de sentarse encima de tu
corazón y ver cómo te mueres durante un año sin que se le cierre esa sonrisa
fría que lleva en su maldita cara. ¡Limpia, limpia ese vidriado!
Adela:
Es inútil tu consejo. Ya es tarde. No por encima de ti, que eres una criada,
por encima de mi madre saltaría para apagarme este fuego que tengo levantado
por piernas y boca.
Bernarda:
Quietas, quietas. ¡Qué pobreza la mía no poder tener un rayo entre los dedos!
Los
símbolos
La
obra está repleta de simbolismo. El recurso de cargar a las palabras y a las
acciones de un doble significado es un hecho que se repite en toda la
producción de Lorca tanto en su poesía como en su teatro. Algunos de los
símbolos usados en La Casa de Bernarda Alba han aparecido repetidamente en toda
su obra anterior; nos referimos por ejemplo al agua, el caballo, el color
verde, el calor… Otros símbolos son propios para este drama como por ejemplo la etimología del
nombre en los personajes y su
paralelismo bíblico.
Quizá
el primer símbolo sean la hijas y Bernarda; las primeras representan la libertad y Bernarda la autoridad que no las deja ser libres. El ser
humano enfrentado a las normas sociales.
El
Agua. En Lorca el agua tiene un doble significado. Si fluye libre (como el agua
de un río) tiene significado de vida; en cambio el agua detenida, el agua de
los pozos o estanques significa muerte.
(Acto I): Bernarda: Es así como se tiene que hablar en este maldito pueblo sin
río, pueblo de pozos, donde siempre se bebe el agua con el miedo de que esté
envenenada.
(Acto III): Prudencia: Yo dejo que el agua corra. No me queda más
consuelo que refugiarme en la iglesia, pero como me estoy quedando sin vista
tendré que dejar de venir para que no jueguen con una los chiquillos…
El calor. Está en relación con la situación de
angustia personal que viven las hijas y que viene provocada por la opresión del
encierro. Con el calor se acentúa la sensación de asfixia dentro de la casa:
[Acto
II]
Amelia: (A la Poncia.) Abre la
puerta del patio a ver si nos entra un poco el fresco. (La Poncia lo hace.)
Martirio: Esta noche pasada no me podía quedar dormida del calor.
Amelia: ¡Yo
tampoco!
La Locura: La Madre-Loca de Bernarda: Símbolo
de la libertad que se enfrenta a la autoridad, también de los deseos de
maternidad y matrimonio (ver fin acto I)
El Caballo. Símbolo de la pasión, la
vitalidad. Aparece casi al final de la obra como anuncio de que la fuerza
incontenible de la pasión golpea los muros
que acabará por derribar de la casa.
Cristo y el nuevo
testamento. En la etimología de los nombres y en algunos de los comportamientos
de los personajes se observa esta implicación con los hechos bíblicos que dota
al drama de una nueva implicación de alcance místico. Adela sería el Cristo,
muere “colgada” y tienen que descolgarla como al Cristo de la cruz (final de la
obra). Ella misma asume ese papel cuando dice que me pondré delante de todos la corona de
espinas. La madre de Bernarda lleva los nombres de los padres de cristo: María
Josefa. La Poncia, como Poncio Pilatos, es testigo de los hechos pero no se
implica en la denuncia explicita. Incluso Pepe tiene el sobrenombre de el
Romano.
Comentario
La
obra muestra un enfrentamiento de fuerzas enfrentadas: por un lado, Adela representante
del vitalismo y la pasión que nunca
renunciará a buscar su libertad como persona más allá del presidio de su casa;
por el otro, Bernarda, representante de todas las restricciones sociales y
morales que oprimen al ser humano.
Los
personajes principales más que personas representan conceptos: Bernarda,
autoridad ciega; Adela, sexualidad,
libertad y pasión.
Las
mujeres de la casa viven encerradas en un mundo del que no hay salida posible.
La única forma de escapar es por medio de la locura como hace María Josefa o la muerte como Adela.
Impresiona
la manera de presentar el ambiente de opresión dentro de la casa. El lector se
siente identificado con la situación de las hijas. Además, los rápidos
diálogos hacen que se desarrolle muy
fluida, además de que estos diálogos están llenos de insinuaciones simbólicas y
poéticas.
La
metáfora del deseo de libertad del ser humano que preside la obra es válida
para cualquier sociedad y cualquier época.
Fuente:
www.masterlengua.com
La casa de Bernarda Alba
Dirección: Calixto Bieito
El
5 de junio de 1898 nace Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, provincia de
Granada, hijo de Federico García Rodríguez y Vicenta Lorca Romero. Será el
mayor de cuatro hermanos: Francisco, Concha e Isabel. Ese mismo año también
nacerían otras dos grandes figuras de la literatura mundial: el americano
Hemingway y el alemán Brecht.
La
influencia de su región natal se encuentra en toda su obra, desde la “Primeras
Canciones” hasta “La Casa de Bernarda Alba”, combinación de tradición secular y
de modernismo del siglo XX. Nunca perteneció a ningún movimiento literario,
aunque algunas características del surrealismo se encontraron en su poesía,
como las asociaciones extrañas de palabras. En 1908 pasa unos meses en Almería,
donde comienza sus estudios de bachillerato y sus primeros estudios de música.
En
1909 se traslada a vivir a Granada con su familia. Sus primeros estudios
universitarios, Filosofía y Letras y Derecho, los realiza en Granada entre los
años 1914 y 1917. En esta Universidad entabla amistad con el núcleo intelectual
granadino entre los que se encuentran Melchor Fernández, Almagro, Miguel
Pizarro, Manuel Ángeles Ortiz, Ismael G. de la Serna, Ángel Barrios entre otros
muchos más. Empieza a realizar viajes de estudios dirigidos por el Catedrático
Martín Domínguez Barrueta por Andalucía, Castilla y Galicia descubriendo así
los tesoros culturales de su país. Durante esa época, Manuel de Falla fija su
residencia en Granada y Federico García Lorca inicia una gran amistad con él.
Es
también en Granada, en el 1918, donde publica su primer libro “Impresiones y
Paisajes” y escribe algunos poemas que aparecerán más tarde en su primer libro
de versos “Libro de Poemas”. En 1919 decide trasladarse a Madrid y se instala
en la Residencia de Estudiantes, dónde vivirá hasta 1928. Durante estos años
conocerá a Luis Buñuel, Salvador Dalí, José Moreno Villa, Emilio Prados, Pedro
Salinas, Pepín Bello y Juan Ramón Jiménez.
En
el año 1920, estrena en el Teatro Eslava de Madrid “El Maleficio de la
Mariposa” pero le supone un total fracaso. Es en este año también, es cuando se
matricula en la Facultad de Filosofía y Letras e inicia la redacción de las
“Suites”. En 1921 publica el “Libro de Poemas” y en noviembre de ese mismo año
tiene casi escrito la totalidad del “Poema del Cante Jondo”. Juan Ramón Jiménez
incluye en su revista “Índice” poemas de Lorca.
Elabora
una conferencia llamada “El Cante Jondo” y lo lee en el Centro Artístico de
Granada. Durante su estancia en esta ciudad, en enero de 1923, en la fiesta de
los Reyes Magos, celebra en su casa una función de títeres organizada por él y
por Falla. En este año aparecen los primeros dibujos de Lorca; asiste, en
Madrid, al banquete en honor de Ramón Gómez de la Serna y en junio se licencia
en Derecho por la Universidad de Granada. Es en otoño, cuando Salvador Dalí
llega a la Residencia de Estudiantes y entabla amistad con el pintor Gregorio
Prieto y con Rafael Alberti. En 1925 termina “Mariana Pineda” y en la primavera
de ese mismo año, es invitado por la familia de Salvador Dalí a Cadaqués. Al
año siguiente, realiza numerosas excursiones con Manuel de Falla por las
Alpujarras, su familia adquiere la Huerta de San Vicente, en la vega granadina,
donde pasa frecuentes temporadas; la “Revista de Occidente” publica su “Oda a
Salvador Dalí” y en el Ateneo de Valladolid lee poemas de sus libros en
preparación: “Suites”, “Canciones”, “Cante Jondo” y “Romancero Gitano”.
Publica
el libro “Canciones” en 1927, y realiza su segunda estancia en Cataluña donde,
la compañía de Margarita Xirgu, estrena “Mariana Pineda” en el Teatro Goya de
Barcelona. En esta ciudad, el grupo de L’Amics de les Arts (S. Gasch, J.V.
Foix, L. Montanya, S. Dalí) organiza, en las Galerías Dalmau, una exposición de
sus dibujos. La compañía de Margarita Xirgu decide estrenar “Mariana Pineda” en
Madrid y lo hace en el teatro Fontalba. Es también en 1927 cuando conoce a
Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Joaquín Romero Murube. En diciembre, se
celebra un homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla; aquí se organiza una
lectura de Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Gerardo Diego,
Juan Chabás, José Bargamín y Rafael Alberti.
Dirige,
en 1928, a un grupo de intelectuales granadinos y funda la revista “Gallo”;
sólo se publicarán dos números de esta revista, pero armaron un gran revuelo en
el mundo artístico; por ejemplo, el segundo número contiene un “Manifiesto
anti- artístico catalán” firmado por… Salvador Dalí. Publica, de modo parcial,
la “Oda al Santísimo Sacramento del Altar” y en la “Revista de Occidente”
publica su primer “Romancero Gitano”. En la Residencia de Estudiantes lee la
conferencia “Canciones de Cuna Españolas”.
En
1929, estrena “Mariana Pineda” en Granada y aparece la segunda edición de
“Canciones”. En junio, viaja a Estados Unidos, vía París-Londres y se matricula
en la “University of Columbia”. Frecuenta teatros, cines, museos y se apasiona
por el jazz. Veranea en Vermont, siendo huésped de Philip Cummings, y en
Catskill Mountains con Ángel del Río. De vuelta a Nueva York se instala en el
John Jay Hall de la Universidad de Columbia, donde permanecerá hasta 1930 y
empieza a trabajar en la obra “Poeta en Nueva York”, el guión de “Viaje a la
Luna” y empieza “El Público”.
1930.
Pronuncia unas conferencias en la Universidad de Columbia y en el Vassr
College. Es invitado por la Institución Hispano- Cubana de Cultura y marcha
hacia la Habana (ciudad que le deja totalmente impresionado) y allí pronuncia
varias conferencias. Termina “El Público”. De vuelta a España, estrena “La
Zapatera Prodigiosa”. Publica algunos poemas de “Poeta en Nueva York” y el
“Poema del Cante Jondo”. Termina “Así que pases cinco años”. Dirige y funda con
Eduardo Ugarte el teatro universitario ambulante “La Barraca” y representan por
toda España, obras de los grandes maestros como son: Calderón, Cervantes, Lope
de Vega… Lee conferencias en Valladolid, Sevilla, Salamanca, La Coruña, San
Sebastián y Barcelona. Escribe “Bodas de Sangre”. Expone sus dibujos en el
Ateneo Popular de Huelva.
En
1933 estrena “Bodas de Sangre” en el teatro Beatriz de Madrid y en México se
publica la “Oda de Walt Whitman”. Viaja a Argentina y Uruguay, donde tiene una
estancia triunfal; en Buenos Aires da conferencias y asiste a las clamorosas
representaciones de “Mariana Pineda, “Bodas de Sangre” (alcanza un gran éxito,
superando las cien representaciones) y “La Zapatera Prodigiosa”.
Durante
su estancia en Montevideo conoce a Pablo Neruda y pronuncia varias
conferencias. Cuando regresa de este viaje a España, se produce un hecho que le
supone un gran dolor: la muerte de su amigo el famoso torero y mecenas del
mundo artístico de Madrid, Ignacio Sánchez Mejías, en la plaza de toros de
Manzanares (Ciudad Real); en su memoria, compone el poema “Llanto por Ignacio
Sánchez Mejías” que publica en 1935.
Con Margarita Xirgu vestida de Yerma |
En
Madrid, consigue un estreno triunfal con “Yerma” representada por la compañía
de Margarita Xirgu. En 1935 trabaja en “Doña Rosita la Soltera o el Lenguaje de
las Flores”. Se instala en Barcelona donde da conferencias y asiste a las
representaciones de “Yerma” y “Bodas de Sangre”. Termina y estrena “Doña Rosita
la Soltera” y trabaja en los “Sonetos”. La compañía de Lola Membrives estrena
en el teatro Coliseum de Madrid “La Zapatera Prodigiosa”.
Concluye
“La Casa de Bernarda Alba” en 1936, pero no será representada hasta 1945 en
Buenos Aires, y participa en un homenaje a Luis Cernuda.
El
18 de Julio se produce el alzamiento militar contra el Gobierno de la
República. El 16 de agosto, Lorca es detenido y el 19 del mismo mes, es
asesinado en Viznar (Granada), dejando inédita e inconclusa una numerosa obra.
En ese mismo año, también muere Miguel de Unamuno, preso en su casa, y se
produce el exilio de gran parte de los artistas españoles, como por ejemplo,
Manuel de Falla que moriría siete años después que su amigo Lorca, en Buenos
Aires, sin volver a ver su país natal.
Fuente:
www.poetasandaluces.com
Vídeo: F. Gª Lorca (piano) y La Argentinita (voz)
"Zorongo gitano"