jueves, 11 de diciembre de 2014

TODOS LOS FUEGOS EL FUEGO (miércoles 17, 20 h.)

En este libro, publicado en 1966, Cortázar ofrece a sus lectores ocho artefactos de precisión y gran ingenio narrativo que nos ayudan a deleitarnos mientras desciframos, a bucear mientras nadamos, a leer dentro de nosotros.  Una vez más, como en tantas de sus obras, nuestro autor configura el hecho de narrar como un exorcismo que actúa sobre la escritura y enfrenta al lector a un ejercicio que trasciende la mera y cómoda lectura, algo que él tuvo siempre en cuenta frente al papel en blanco: Cortázar no pretendía llegar a todos los lectores, Cortázar buscó alcanzar, tocar al otro, al cómplice, el lector, a través del espejo, de la página, y esto lo hacía cuestionando los límites entre lo que conocemos por “real” y lo que creemos “irreal”.




La alienación, el extrañamiento, la ruptura del tiempo y del espacio, el doppelgänger (desdoblamiento de un personaje) son algunas de las posibilidades que el talento de este escritor desarrolla desde su gran originalidad para acabar creando este universo imaginario.



En 1946 se publicó en una revista que dirigía Jorge Luis Borges Casa tomada, un conocido cuento "fantástico" de Julio Cortázar que él mismo lee en este vídeo y que sería publicado años después dentro del libro de relatos Bestiario.

Los ocho relatos de Todos los fuegos el fuego fueron escritos en los límites del azar, jugando, siempre jugando Julio, con la bipolaridad espacial y temporal, con la “lógica”  del coup de dés, y causando perplejidades nuevas ante los viejos secretos: las pasiones, las vidas imaginarias, los espacios y tiempos paralelos… 

La autopista del sur… Un atasco de tráfico que se inicia un domingo por la tarde y se alarga en el tiempo sirve a Cortázar para narrar en uno de esos cuentos originales suyos el nacimiento, desarrollo y muerte de una pequeña comunidad entre los coches detenidos. ¿Crítica de la sociedad industrializada? También, y más, mucho más. El amor, la muerte...
La salud de los enfermos… Alejandro, el benjamín de una familia, muere en un accidente, pero todos intentan aparentar que sigue vivo para que la salud de la madre no se resienta aún más. El retorcimiento del engaño que conduce al laberinto.

Reunión… Un grupo armado vaga por un paraje desconocido a la espera de reunirse con otra facción del mismo. La música de Mozart: la caza y la guerrilla. A Aurora Bernárdez, su mujer, no le gustó este relato. Tampoco a Ernesto Che Guevara. 
La señorita Cora… El juego y la técnica del punto de vista magníficamente expuesto: cada personaje es un punto de vista y la historia se va narrando tejiendo esos diferentes “yo”. Otra historia de amor, claro.
La isla a mediodía… Espacio y tiempo. Un asistente de vuelo y una isla griega. Morir para renacer en lo onírico. O al revés.  
Instrucciones para John Howell…  Tras el primer acto, un espectador de una obra de teatro es sacado de su butaca y obligado a interpretar el papel de John Howell. El espectador se ve inmerso en un absurdo, una actriz que le pide que se quede hasta el final para que no la maten, unos hombres que en los entreactos le dan instrucciones, una huida, un final abrupto. Del acto de leer y de la relación entre quien lee y lo leído nos habla Cortázar en este relato.

Todos los fuegos el fuego… En este relato, Cortázar estira y manipula el espacio y el tiempo al narrar una lucha entre gladiadores en la Roma clásica entretejida con una conversación de teléfono en el París del s. XX. Historia de amor, de amor de amantes, obsesión, muerte, dolor, silencios... y el fuego: el antiguo, el de ahora, el de siempre: el mismo fuego, todos los fuegos.
El otro cielo… La acción, el tiempo, el espacio, la identidad en manos del mago, del escritor. El protagonista  vaga del París del s. XIX al Buenos Aires de mediados del s. XX. En París, es un hombre libre y bohemio que deambula por las galerías en busca de una prostituta con la que se pierde en paseos, en los cafés, en su buhardilla, mientras fuera está la amenaza de un asesino de mujeres, en Buenos Aires, es un tipo apático que se dedica a la bolsa. ¿Dónde estamos?



JULIO CORTÁZAR


Julio Cortázar nació accidentalmente en Bruselas, en 1914, debido a que su padre trabajaba como agregado comercial en la embajada argentina de Bélgica.

Hacia fines de la Primera Guerra Mundial, los Cortázar lograron pasar a Suiza gracias a la condición alemana de la abuela materna de Julio, y de allí, poco tiempo más tarde a Barcelona, donde vivieron un año y medio. A los cuatro años volvieron a Argentina y pasó el resto de su infancia en Banfield, en el sur del Gran Buenos Aires, junto a su madre, una tía y Ofelia, su única hermana.

Realizó estudios de Letras y de Magisterio y trabajó como docente en varias ciudades del interior de la Argentina. En 1951 fijó su residencia definitiva en París, desde donde desarrolló una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Algunos de sus cuentos se encuentran entre los más perfectos del género. 




Su novela Rayuela conmocionó el panorama cultural de su tiempo y marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea. Además de su inigualable labor como escritor en los géneros de novela y relato, también publicó diversos poemarios.








Otra de las fuentes para los estudiosos y admiradores de este gran renovador de la novela del siglo XX se encuentra en su extenso epistolario, un conjunto de cartas que mantuvo con numerosos intelectuales, escritores, amigos…


Como ensayista y conferenciante, sus trabajos reflejaron su honda preocupación y su compromiso con la compleja situación latinoamericana durante los años 60 y 70, siendo conocido su apoyo y solidaridad con los movimientos revolucionarios y progresistas de ese continente castigado por el imperialismo norteamericano y las dictaduras militares. Sus continuos viajes a Nicaragua y Cuba para participar en congresos culturales y encuentros de naturaleza sociopolítica, así como las numerosas entrevistas que concedió a medios europeos dan fe de ello.

En 1983, cuando retorna la democracia en Argentina, Cortázar hizo un último viaje a su patria, donde fue recibido cálidamente por sus admiradores en contraste con la indiferencia de las autoridades nacionales. Después de visitar a varios amigos, regresa a París. Poco después, François Mitterrand le otorga la nacionalidad francesa.


El 12 de febrero de 1984 murió en París a causa de una leucemia.




Cuentos
Bestiario, 1951
Final del juego, 1956
Las armas secretas, 1959
Todos los fuegos el fuego, 1966
Octaedro, 1974
Alguien que anda por ahí, 1977
Queremos tanto a Glenda, 1980
Deshoras, 1982
La otra orilla, 1995 (obra póstuma, concluida en 1945).

Prosas
Historias de cronopios y de famas, 1962
Un tal Lucas, 1979

Novelas
Divertimento, 1949 (publicada póstumamente en 1986).
El examen, 1950 (publicada póstumamente en 1986).
Diario de Andrés Fava, 1950 (publicado póstumamente en 1986).
Los premios, 1960
Rayuela, 1963
62 Modelo para armar, 1986
Libro de Manuel, 1973

Miscelánea
La vuelta al día en ochenta mundos, 1967
Último round, 1969
Territorios, 1978
Los autonautas de la cosmopista, 1982
Papeles inesperados, 1940-1984 (publicados póstumamente en 2009).
Buenos Aires, Buenos Aires, 1967
Viaje alrededor de una mesa, 1970
Prosa del observatorio, 1972
La casilla de los Morelli, 1973
Fantomas contra los vampiros multinacionales, 1975
Estrictamente no profesional, 1976
Nicaragua tan violentamente dulce, 1983.
Silvalandia, 1984
Alto el Perú, 1984
Imagen de John Keats, 1951 (obra póstuma).




viernes, 28 de noviembre de 2014

NUESTROS POETAS

En esta lluviosa mañana de noviembre, nuestro amigo Manuel Balsalobre, nos conforta con esta primavera.



APENAS SUEÑO DESPIERTO

De mi brazo vas emocionada primavera,
presa aún de mis angulosos sueños;
sueños..., que se hunden en las vagas nieblas
del mar de los recuerdos.
Hoy, navego marinero de húmedos otoños,
oyendo el murmullo lejano del agua que,
esparciendo ecos, se aleja abrazando la tormenta
llameante y temblorosa.
Y, a dar me detengo...,
a cada soledad una copa de vino,
una flor a cada duda,
un camino a cada regreso;
y a ver perderse, los ayeres
tras la bruma.

jueves, 6 de noviembre de 2014

LA IMPACIENCIA DEL CORAZÓN (miércoles, 19 de noviembre, 20 h.)




La novela publicada póstumamente “La impaciencia del corazón” -o “La piedad peligrosa”- escrita en 1939,  parece apuntar inicialmente a una historia aparentemente banal; la de un hombre que se compromete por compasión con una mujer discapacitada y luego rehúsa cumplir su promesa. El teniente Anton Hoffmiller, muchacho de poco mundo y escasas experiencias, se granjea las simpatías de la acaudalada familia Kekesfalva. Poco a poco se irá sintiendo atenazado por estos lazos, pero su sentido de la compasión ¿culpa? le hará regresar una y otra vez a visitar la casa. 

Cuando desde su silla de ruedas, la hija del señor Von Kekesfalva, Edith, le confiesa que está enamorada de él, Hoffmiller lucha contra sí mismo entre su deseo de complacer a la inválida y sus sentimientos de rechazo hacia el amor que ella le profesa.



Desde las primeras líneas, el autor vienés esboza  la idea principal que pretende transmitir al lector: el antagonismo entre dos conceptos de compasión, presentados en el prólogo. El teniente Hoffmiller personifica el primero con una compasión envuelta en sentimentalismo que no es más que debilidad del corazón, dejándose engañar  por la agradable sensación de ayudar a los demás, pero cuando llega el momento de hacerse responsable y cumplir lo prometido es incapaz de hacerlo. Por otra parte, el doctor Condor, abnegado esposo de una paciente ciega a la que no pudo sanar, es el símbolo del segundo tipo de compasión, aquella que mantiene su palabra, que permanece cuando los demás abandonan, que da cuanto tiene de sí mismo.

Zweig nos presenta al teniente Hoffmiller envuelto en una nebulosa de sentimientos encontrados. Su indecisión resulta patente y tan pronto quiere huir al extranjero o quitarse la vida como dar un giro radical y someterse a un amor que él no corresponde. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta los prejuicios sociales de la época, resulta un tanto perturbador para los lectores de hoy que Hoffmiller no afirme taxativamente más motivo para rechazar a Edith que su condición de minusválida y el oprobio social que le reportaría casarse con una mujer lisiada con dinero e hija de un judío enriquecido que ha cambiado su nombre para parecer más ilustre.

En esta obra disfrutamos de la capacidad del autor vienés para introducirnos en el perturbador mundo del teniente Hoffmiller,  que a medida que avanza la trama se va convirtiendo en más y más agobiante. El protagonista es consciente de que él mismo con su falsa compasión va añadiendo barrotes a la cárcel que le retiene. Sus actos, su fingido compromiso, sus medias verdades y sus flagrantes mentiras, le resultan a él mismo deplorables y, sin embargo, le es imposible actuar de forma coherente. En este sentido, uno de los magistrales toques de la novela, es el hiriente sonido de las muletas de Edith Kekesfalva tamborileando contra el suelo, metáfora de la responsabilidad que persigue a Hoffmiller para atarle a sus promesas.


El acierto en el estudio psicológico de los personajes, demostrado por Zweig en las nouvelles “Veinticuatro horas en la vida de una mujer”, o, entre otras, “Carta de una desconodida”, vuelve a revelarse en una de las pocas novelas escritas por el austriaco.

STEFAN ZWEIG



Escritor y pacifista austriaco, nació el 28 de noviembre de 1881 en Viena, en el seno de una acomodada familia judía. A raíz del estallido de la I Guerra Mundial, Zweig se convirtió en un ardiente pacifista y se trasladó a Zurich, donde podía expresar sus opiniones. También residió  durante un año en París. Después vive en Londres y viaja por España, Italia y Holanda. De vuelta conoce en Leipzig a Kippenberg, el director de la editorial Insel. Visita la India, Norteamérica y Panamá. En 1919 vuelve a Austria.


En su primera obra importante, el poema dramático Jeremías (1916), denunciaba apasionadamente lo que él consideraba  la locura suprema: la guerra.  


Entre las obras escritas en los años posteriores destacan: Tres maestros (1920) -estudios sobre Honoré de Balzac, Charles Dickens y Fedor Dostoievski-, y La curación por el espíritu (1931), donde da cuenta de las ideas de Franz Anton Mesmer, Sigmund Freud y Mary Baker Eddy.


El ascenso del nazismo y el antisemitismo en Alemania llevó a Zweig, que era judío, a huir a Gran Bretaña en 1934. Emigró a los Estados Unidos en 1940 y después a Brasil en 1941, donde se suicidaría un año después junto a su compañera, llevado por un sentimiento de soledad, pesimismo y fatiga espiritual.


Como escritor, Zweig se distinguió por su introspección psicológica. Omitiendo detalles no esenciales, fue capaz de hacer sus biografías tan entretenidas como una novela. Los últimos escritos importantes de Zweig incluyen las biografías Erasmus de Rotterdam (1934) y María Estuardo (1935), la novela El juego real (publicada póstumamente en 1944), y su autobiografía El mundo de ayer (1941).






OBRAS

Teatro

Thersite, 1907
Les Guirlandes précoces, 1907
Jeremias, 1916
La casa al borde del mar, 1911

Poesía

Cuerdas de plata, 1901
Las primeras coronas, 1906

Ficción

Ardiente secreto
Caleidoscopio
La estrella bajo el bosque, 1903
Los prodigios de la vida, 1903
En la nieve, 1904
El amor de Erika Ewald, 1904
La Marcha, 1904
La Cruz
Leporella
Amok o el loco de Malasia, 1922
Los ojos del hermano eterno, 1922
La confusión de los sentimientos, 1926
Carta de una desconocida, 1927
Buchmendel, 1929
Veinticuatro horas de la vida de una mujer, 1929
La piedad peligrosa o La impaciencia del corazón 1939
Novela de ajedrez, 1941

Biografías

Émile Verhaeren, 1910
Fouché, el genio tenebroso, 1929
La curación por el Espíritu, 1931
María Antonieta, 1932
María Estuardo, 1934
Erasmo de Rotterdam, 1934
Conquistador de los mares: la historia de Magallanes, 1938
Romain Rolland: el hombre y su obra, 1921
Paul Verlaine
Balzac: La novela de una vida, 1920
Castellio contra Calvino, Conciencia contra Violencia
Confusión: The Private Papers of Privy Councillor R. Von D
Momentos estelares de la humanidad (1927)
La lucha contra el demonio, Hölderlin, Kleist, Nietzsche
Montaigne, libro póstumo
Tres poetas de su vida: Casanova, Stendhal, Tolstoi

Autobiografía

El mundo de ayer, publicado tras su muerte

No ficción

Brasil: Un país de futuro
Momentos estelares de la humanidad






viernes, 12 de septiembre de 2014

LA NOCHE DEL DECRETO de michel del Castillo (Próximo encuentro 17 deseptiembre,20h.)



LA CONFUSIÓN DE LA CULPA

“No hay, te repito,  un afán más vivo en el hombre que encontrar en quien delegar la libertad de que nace dotada tan miserable criatura.

Sin embargo, para  obtener la ofrenda de la libertad de los

 hombre, hay que darle la paz de la conciencia.

(El gran Inquisidor. Feodor Donstoivski)

“La noche del decreto” está ambientada en 1975, año de la muerte de Franco. 
Unas primera impresión nos llevaría a creer que estamos ante una novela policiaca, ya que sus principales protagonistas son dos policías; un joven inspector, Santiago  Laredo, y un veterano comisario, Avelino Pared. Pero  al introducirnos en su lectura no tardamos en comprender que es mucho más que eso.

Como escenario de fondo, encontramos una España que está  viviendo  la agonía y muerte  del dictador, el Generalísimo  Francisco  Franco.  La España del cambio, la de  los nuevos ricos que forman parte de la amnesia colectiva y que a la vez descubren una  antigua pasión por la democracia. Es en este escenario donde Santiago Laredo investiga al hombre que será su superior en su  nuevo destino.


 En este funcionario franquista  va descubriendo los resquicios más íntimos de un alma perdida desde su infancia. Un ser desconcertante cuya personalidad atrae tanto como destruye y cuyo pensamiento y obra se basa en la creencia absoluta e indiscutible en el orden. Un orden proveniente de la lógica ejecutora de un inquisidor, de alguien que se hizo policía para implantar ese orden.


Esta obra  publicada  en España en 1982, fue merecedora del prestigioso premio Renaudot en 1981.

MICHEL DEL CASTILLO

Nació en Madrid el  3 de agosto de 1933, hijo de un rico terrateniente francés y de una noble española comprometida con el Frente Popular. Su padre Michel Janicot abandonó a su madre en 1935 tras haberse convencido de su infidelidad  y no se ocupó más de su hijo. Su madre fue encarcelada de 1936 a 1937, periodo durante el cual el joven Michel la visitó acompañado de su abuela. Madre e hijo abandonaron España en 1939 para reunirse con Michel Janicot, quien les ayudó financieramente pero rehusó volver con su antigua esposa. Algunas fuentes apuntan a que pudo ser el padre de Michel el que, durante la Segunda Guerra Mundial, internara a su madre junto al niño  en el campo de Rieucros (Mende) . Este campo de refugiados políticos fue descrito por el escritor en su primera novela, Tanguy. Tras evadirse de este lugar, el niño es internado en un campo de exterminio nazi en Alemania de 1942 a 1945.




 Repatriado a España, Michel del Castillo es llevado a un centro de reeducación, el Asilo Durán de Barcelona, un hospicio para huérfanos republicanos donde pasa cuatro duros años y del que se evade en 1949.  Es acogido en un colegio jesuita de Úbeda, donde pasó algún tiempo como interno. Allí conoce al  padre Mariano Prados ("Pardo" en Tanguy) con quien  descubre la literatura.

En 1950 viaja a Sitges (Barcelona)  para trabajar como obrero de una cementera, pero su tío Stéphane y su mujer Rita lo acogen y se convierten en sus "verdaderos padres". A partir de 1955 estudia ciencias políticas y psicología antes de consagrarse a la literatura. Este último año se reencuentra por azar en París con su madre y se da cuenta de que ella no ha intentado buscarlo, hecho que aumentará su sentimiento de niño abandonado

En el 1957 escribe su novela   “Tanguy” con la que inicia su brillante carrera como escritor.  En ella narra los terribles años de su infancia en España, Francia y Alemania.

De su estancia en España es  la ciudad de Huesca la  que queda grabada en su menoria y  se  verá  reflejada en el escenario de sus obras: “El tiovivo español”, “La noche del decreto” y “El crimen de los padres”, publicadas en Francia en 1977, 1981 y 1993 respectivamente y de las que existen posteriores ediciones en castellano.


Os dejamos estos enlaces en los que encontraréis más información:

miércoles, 18 de junio de 2014

MADAME BOVARY (Próximo encuentro, miércoles 18 de junio, 20h)


Esta novela nos  introduce en la tediosa vida  de una joven de provincias, Emma, casada con Charles Bovary, prototipo de hombre abnegado y trabajador, enamorado de su mujer pero incapaz de satisfacerla. Ella buscará la realización de sus sueños en otros amores que no calmarán su espíritu atormentado y la llevarán a la muerte más trágica.

La rebeldía de Emma nace de la convicción  de querer  vivir la vida “aquí y ahora”. Quiere gozar, no se resigna a reprimir en sí esa profunda exigencia sensual que Chales no puede satisfacer porque ni sabe que existe. Vive rodeada de elementos superfluos y gratos, la elegancia, el refinamiento. Materializa en los objetos la necesidad de belleza que su imaginación, su sensibilidad, sus lecturas, han hecho nacer en ella.





Mario Vargas Llosas en “La orgia perpetua”  nos deja las siguientes reflexiones:

“Emma representa y defiende de modo ejemplar un lado de lo humano brutalmente negado por casi todas las religiones, filosofías e ideologías, y presentado por ellas como motivo de vergüenza para la especie. Su represión ha sido una causa de infelicidad tan extendida como la explotación económica, el sectarismo religioso o la sed de conquista entre los hombres…..”

“En Madame Bovary  la  violencia  impregna la historia y se manifiesta en muchos planos, desde su forma física de dolor y la sangre – la operación, gangrena y amputación de la pierna de Hippolyte, el envenenamiento de Emma - , o la espiritual de la minuciosa rapiña (el mercader Lheureux), del egoísmo y la cobardía (Rodolphe, León), o en sus formas sociales de animalización del ser humano por obra del trabajo vil y la explotación (la anciana Catherine Leroux, que ha cuidado cincuenta y cuatro años  los animales de una granja, recibe, paralizada de confusión  ante la muchedumbre  de los comicios agrícolas, una medalla de plata que vale 25 francos; los vecinos la oyen murmurar, cuando se aleja, que se la entregará al cura para que diga misas), y, principalmente, en su forma más generalizada de la estupidez y las trampas que se hacen los hombres a sí mismos: sus prejuicios, sus envidias, sus intrigas. Contra este telón de fondo se destacan, como nieve en las tinieblas, la fantasía de Emma, su apetencia de un mundo distinto de aquel que hace añicos su sueño.”





Esta obra ha sido llevada al cine en varias versiones,
figuran en posiciones destacadas varias cintas que van desde el temprano clásico de Jean Renoir (1933) hasta las versiones más recientes, de Claude Chabrol (1991), la serie para la BBC, hecha con esa corrección tan británica por Tim Fywell (2000) o la versión libre del mexicano Arturo Ripstein: “Las razones del corazón” (2011).

La de Vincente Minnelli (1949). No es literal, pero sí una adaptación excelente, original, bien filmada y perfectamente inserta en la línea del melodrama, un género de gran éxito en los años de oro de Hollywood

Con esta gran obra finalizamos el curso en el Club Dante. Volveremos en septiembre con "LA NOCHE DEL DECRETO" de Michel del Castillo, hasta entonces feliz verano y mejor lectura.

GUSTAVE FLAUBERT


Nació en 1821 en la ciudad de Ruan (Alta Normandia), en el seno de una familia de cirujanos. Segundo de tres hermanos, fue criado en el ambiente del Hôspital–Dieu, donde su padre era cirujano jefe. Su porvenir parecía predestinado por su entorno vital. Sin embargo, su retraso en la adquisición del lenguaje llevó a su padre a diagnosticarlo de “idiota” o de retrasado mental; y como tal al, parecer, fue tratado en su hogar. Si a esto añadimos una madre rigurosa en el deber de la crianza, pero con poca ternura hacia el frustrante hijo, parece bastante lógico que estas actitudes influyeran en la educación y la psiquis del niño.

El filósofo Jean-Paul Sartre nos aporta los datos más relevantes sobre los aspectos biográficos y psico-familiares de Flaubert. Sartre defiende, en su investigación sobre la infancia del escritor, que desde niño le construyeron una neurosis que le generó hábitos disfuncionales de conducta a partir de un diagnóstico equivocado del padre médico.

En edad escolar escribió sus primeras obras de teatro, que los padres calificaron de “garabatos”, obras en las que él mismo actuaba junto a sus hermanos. El descubrimiento de los títeres serviría al niño artista para instalarse en una especie de "estar-no-estar", y gozar de la pasión escénica múltiple, manifestando sin temor sus sentimientos, a la vez que podía evadir la confrontación directa con el auditorio.

En el colegio fundó un periódico escolar satírico, desde el cual “maltrataba” a alumnos, profesores y notables personas de Ruan que le incomodaban. Fue expulsado por ello, y desde ese momento aprendió que no se puede ser tan explícito a la hora de escribir; pero no renunció a usar la escritura como vía defensiva, para exorcizar su angustia existencial y vengar ofensas conferidas o imaginarias. El ejemplo de esta escritura catártica lo encontramos en obras como "La peste en Florencia", "Pasión y Virtud", "Las memorias del fuego", "La educación sentimental" -en las que el escritor se retrata-  y en su obra cumbre, "Madame Bovary".

Con sólo diecisiete años escribió el cuento filosófico “Pasión y virtud”, basado en una noticia aparecida en La Gazette des Tribunaux, en 1837, sobre la infidelidad y posterior suicidio por envenenamiento de la esposa de un banquero. Esta tragedia le conmovió, y bien se podría identificar como precursora de "Madame Bovary".

El  ambiente literario de la época estaba dominado por la influencia de Byron, con quien Flaubert se declara identificado:


"Verdaderamente n0 estimo más que a dos escritores, a
 Rabelais y a Byron, los dos únicos que escriben para molestar a los hombres y reírse de ellos"

En cuanto a la experiencia amorosa de Flaubert, sabemos que con  sólo 15 años, en la playa de Troville conoce a Élise Foucault - casada y quince años mayor que él -, por la que sentiría una gran pasión no correspondida. Esta pasión adolescente le inspiraría  sus "Memorias de un loco", escritas con sólo dieciséis años, y las dos versiones de "Educación sentimental". En esta etapa de su vida Flaubert se refugia más en la literatura, componiendo relatos fantásticos impregnados de gran romanticismo que jamás publicaría.

Inicia, a estancias de su padre, la carrera de derecho, que más tarde abandonaría al ser diagnosticado de epilepsia (estudios posteriores aluden más bien a un carácter irritable y explosivo, ya que en ningún caso se hace referencia, por parte de los más allegados al escritor, a los típicos ataques que produce esta enfermedad). Ahora bien, la crisis nerviosa –en singular– desencadenada en el tercer año de la carrera universitaria, a los 23 años, y la prescripción médica para paliarla le permitió, finalmente, llevar la anhelada vida de aislamiento en su hermosa casa de Croisset, cercana a Ruán, donde vivió con su madre y con su sobrina. 


Se produce entonces un giro radical en la vida de Flaubert. Nada ni nadie se opondría al gran designio del autor de Madame Bovary, a su gran pasión: la literatura. 

A partir de entonces Flaubert vive consagrado a la literatura y su arduo quehacer sólo se ve interrumpido por algunos viajes, como el que realiza con su gran amigo Maxime Du Camp por Egipto, Palestina, Turquía, Grecia e Italia entre 1849 y 1851, poco antes de iniciar Madame Bovary. O por el viaje a Túnez, en 1858, para documentarse in situ con miras a la redacción de Salambô.


Su relación con Loise Colet, a quien conoció en 1846 y que fue su musa y amante, nos deja una amplísima correspondencia en la que Flaubert revela su peculiar personalidad, y que es imprescindible para el análisis de su obra.

Como señala Lucia Rojas de Perdomo en su estudio sobre el autor  (Flaubert en Madame Bovary, un acercamiento antropológico al autor en su obra) ,  "Flaubert  hacia el final de su vida, por contreras, según se mencionó,se vio abocado a enfrentar graves problemas económicos que, al parecer, precipitaron su muerte por una apoplejía fulminante, o esto fue lo que su sobrina Carolina comunicó, tan dada como era al ocultamiento de la realidad –es preciso recordar que incineró las cartas de Louise Colet y otras cartas  del escritor por considerarlas inconvenientes para el buen nombre de la dinastía Flaubert-. No obstante, por la acendrada teatralidad del escritor y ante la dura situación que enfrentaba, es posible considerar que buscara un final similar al que había creado para su “alter ego” literario, Emma Bovary. Resulta de interés analizar la última carta enviada a su fraternal amigo, el escritor ruso Iván Turguéniev  donde deja entrever no sólo los problemas económicos, sino su extraordinario cansancio de trabajador literario por no lograr finalizar su obra de venganza contra la humanidad, Bouvard y Pécuchet . No obstante, se publicaría años más tarde por gestión de su gran amigo Turguéniev":


Mi querido amigo: N.B. Commanville [esposo
de su sobrina] ruega a usted que le envíe el nombre
y dirección de su abogado para que pueda,
con la recomendación de usted, ponerse en contacto
con él [...]. En cuanto a mí, mi buen amigo,
estoy extenuado de cansancio. B. y P. me tienen
harto y ya es hora de que esto acabe. Si no, el
que acabaré seré yo mismo… ¿Cuándo volveré
a verle? A mediados de mayo, ¿no es así? Estoy
impaciente por abrazarle. Su viejo amigo. Gve.

Flaubert, Croisset, 15 de abril de 18806

Flaubert murió en 1880 en su casa de Croisset, a los 59 años.

Madame Bovary, cuya escritura le llevó cinco años, y que comenzó a ser publicada por entregas en la Revue de París, fue publicada definitivamente en 1856 .

martes, 6 de mayo de 2014

"CINCO HORAS CON MARIO" (próximo encuentro: miércoles 14, 20h)

No sólo no tuve ningún problema con esta novela, sino, que, además, nadie se reconoció en ella, esto es lo que más me chocó, personas de las que yo había tomado frases enteras, discursitos, tics, pues nada, me decían lo bien que lo habían pasado leyendo mi novela, cuánto se habían reído, cuánta razón tenía, y yo no salía de mi asombro. 


'Cinco horas con Mario' nos sitúa en el día 24 de marzo de 1966. Mario Díez Collado, 49 años, casado, catedrático de instituto, padre de cinco hijos, acaba de fallecer víctima de un infarto de corazón. Tras las previstas visitas de condolencia, su mujer, María del Carmen Sotillo, familiarmente conocida como Menchu, se dispone a velar a su difunto esposo.

Estamos ante uno de los personajes que más comentarios ha suscitado entre lectores, críticos y estudiosos de la literatura española contemporánea. Menchu, viuda y madre de cinco hijos cuyo relato nos va acercando, página tras página, a un tiempo que el lector quizá haya conocido, y al personaje que el lector nunca verá: Mario.

Durante cinco horas, esta mujer de su casa y de otras cosas lee unos textos de la Biblia subrayados por Mario, lo que le da pie a una amplia y desordenada reflexión sobre sus casi cinco lustros de vida en común. 

La viuda recuerda numerosos momentos y le cuenta a Mario todo lo que no ha podido o debido o querido contarle durante sus años de convivencia. El autor, en un ejercicio magistral de análisis del personaje, nos adentra en el mundo asfixiado por las contradicciones en que habita Carmen Sotillo.



Y Carmen Sotillo velará durante esa noche el cuerpo de su marido,  le contará, y le reprochará... y le confesará.  Porque esa noche será para ella como una noche de bodas...  no dedicada al amor, sino a la palabra, a la palabra contra el difunto  que no puede oír ni hablar.  

Y durante esa madrugada de velatorio que va deslizándose, hora tras hora, entre reproches y confesiones a lo largo de los veintisiete capítulos escritos entre el prólogo y el epílogo, la viuda irá desgranando todo un rosario de temas, cercanamente relacionados con su época, unos, y otros, los más, señalando  los claroscuros –más bien oscuros- de la condición humana, no ceñidos a tiempos ni circunstancias históricas. El lector reconocerá entre aquéllos un cierto color ibérico a lo largo y ancho del largo quejido de Carmen: el clasismo,  la envidia,  la familia... todo aquello que la mayoría de mujeres españolas de aquellos años habían asumido durante su educación e instrucción.  


Esta soledad llena de palabras de una mujer durante el velatorio de su esposo figura entre las piezas más difundidas del repertorio del autor vallisoletano, tanto en su versión original, en forma de novela, como en su posterior traducción al lenguaje teatral.

Y eso, el lenguaje, es otro de los aspectos más interesantes de esta obra. Llama la atención la caricaturización del léxico de raíces castellanas… pero real, tan real como falsificado, pues fue el lenguaje creado por la burguesía, esa fea burguesía  desarrollada durante las décadas franquistas. 

Y más, mucho más… en 'Cinco horas con Mario' tendremos que soportar  el léxico vulgar, la imprecisión, la reiteración, y tópicos, comodines, frases hechas, elipsis, anacolutos, concordancias equivocadas, etc. 

Otro aspecto del que disfrutará el lector-espectador: la técnica. Entre los múltiples recursos técnicos que empeña Delibes en esta obra destaca, ya lo hemos comentado, el monólogo interior -aspecto esencial en la renovación de las técnicas narrativas de los años 60, aunque trabajado mucho antes por Faulkner, Woolf o Joyce-, una herramienta que permite a la esposa de Mario ese constante uso de la segunda persona que increpa, que culpa, que se obsesiona, que hace las más caprichosas asociaciones.

«Mario, cariño, lo que pasa es que ahora os ha dado la monomanía de la cultura y andáis revolviendo cielo y tierra para que los pobres estudien, otra equivocación, que a los pobres los sacas de su centro y no sirven ni para finos ni para bastos, les echáis a perder, convéncete, enseguida quieren ser señores y eso no puede ser» 


Mario ha muerto dejando atrás un mundo social y doméstico atroz. El amor ha desaparecido. La religión es caricatura y máscara. El Poder muestra sus temblores de cosa caduca, aunque sigue aniquilando. Delibes nos regala para siempre un insuperable retrato de los valores morales de la sociedad franquista a través de las ideas de Carmen, perfecto ejemplo de súbdita perfecta. 



Y es que, fuera de este libro, en nuestra vida “real”…  ¿quién no se ha tropezado con Carmen Sotillo alguna vez?


lunes, 5 de mayo de 2014

MIGUEL DELIBES



Miguel Delibes nació en Valladolid en 1920 y falleció en esa misma ciudad en 2010. Al acabar la Guerra Civil comenzó a estudiar Comercio -obtendría la cátedra en 1945- y se licenció en Derecho. Trabajó como redactor en El Norte de Castilla y llegó a alcanzar el puesto de director en 1958.



El periodismo es un borrador de la literatura... Y la literatura es el periodismo sin el apremio del cierre. 
Entrevista publicada el 02/08/1990.  




Cada vez hay columnistas más brillantes, aunque tal vez se trata menos que antaño el fondo de los problemas. 
Entrevista publicada el 22/10/2002.  

El 11 de marzo de 1979 escribió un artículo en ABC donde contaba su experiencia como periodista en los años 40. 



La ideología y la justicia son constantes subliminales en su obra. Declarado centroizquierdista y católico practicante, dimitió como director de ese periódico ante los intentos de control del entonces ministro Manuel Fraga.


Los políticos no nacen para servirnos, sino ordinariamente para servirse, sentenció. Y lo plasmó en 'El disputado voto del señor Cayo', en el que contraponía la visión de los jóvenes militantes de ciudad con la sabiduría de un anciano que sobrevive en un pueblo abandonado.

Con sólo 28 años, Delibes había obtenido el Premio Nadal por “La sombra del ciprés es alargada”. A esta obra le sucedieron títulos como 'El camino''Mi idolatrado hijo Sisí' o 'La partida', su primer libro de relatos. 


En 1955 publicó 'Diario de un cazador', obra que fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura. Siete años después recibió el Premio de la Crítica por 'Las ratas'.








Autor también de  'El camino' o 'Los santos inocentes', Delibes, amante de la naturaleza y siempre atento a sus peligros, ha escrito numerosas páginas dedicadas al medio ambiente y a su afición por la caza y la pesca; el vallisoletano escribió nueve libros cinegéticos, entre los que destacan 'La caza de la perdiz', 'Mis amigas las truchas' o 'Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo'. Su conocimiento de los animales le permitió asimismo escribir la obra infantil 'Tres pájaros de cuenta', con el cuco, la grajilla y el cárabo como protagonistas.


Estamos tan bien instalados en la abundancia que no es fácil convencer al vecino de que se sacrifique seriamente para impedir el calentamiento del planeta y hacerlo invisible para millones de personas
Entrevista publicada el 09/12/2007.

La mayor parte de las obras de Delibes se desarrollan en Castilla. Sus pueblos, sus gentes y su lenguaje son los protagonistas de su obra, gracias a la cual lectores jóvenes o urbanitas han podido hacerse una idea de esa España cada vez más abandonada, y de la dureza de la vida del campo.




«Castilla es difícil» afirmaba Delibes. Y esa complejidad quedó plasmada no sólo en obras como 'Castilla habla', 'Castilla, lo castellano y los castellanos' o 'Viejas historias de Castilla la Vieja', sino en toda su producción. Llamó en más de una ocasión la atención a las administraciones, por hacer gala de una «dejadez» que había colocado a su tierra en un «estado de marginación».

La vejez fue otro de sus motivos, como podemos advertir en 'La hoja roja', 'Diario de un jubilado' o 'Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso', título que leímos en nuestro club.

Adaptadas al cine, a la televisión y al teatro muchas de las obras del escritor vallisoletano,  el reconocimiento de crítica y público le han reportado insignes galardones como el Príncipe de Asturias de las Letras, en 1982, o el Premio Cervantes, en 1993.




Miembro de la R.A.E. desde 1975, su última gran obra -que también leímos en nuestro club-, 'El hereje', dedicada a su ciudad natal, se publicó en 1998, lo que le valió el Premio Nacional de Narrativa.

Hace unos años se creó la Cátedra Miguel Delibes, con sede en las universidades de Nueva York y Valladolid, cuyo objetivo es el estudio de la Literatura española contemporánea.


Los versos que dedicara Jorge Guillén al autor de 'Cinco horas con Mario' dan cuenta de la admiración que sentía el poeta de la generación del 27 por nuestro escritor:

Admiremos al hombre auténtico de veras,
Que sabe organizar su vivir y sus libros,
Muy al tanto de todo, sin inclinarse a nada,
Porque son tan ajenas
Al manantial continuo de gran inspiración;
Auténtico vivir cuajado en escritura
Límpida, magistral, y así tan convincente,
Un arte narrativo que recrea
Campo y Ciudad, sus luces y sus ideas,
Profundos los paisajes minuciosos,
Vegetaciones, hombres, animales,
En medio el cazador.



Obra

NARRATIVA
La sombra del ciprés es alargada (1948). Destino. Premio Nadal
Aún es de día (1949). Destino.
El camino (1950). Destino.
Mi idolatrado hijo Sisí (1953). Destino.
El loco (1953). Ediciones Cid. Novela corta posteriormente recogida en Siestas con viento sur.
La partida (1954). Luis de Caralt. (1967). Alianza. Relatos.
Diario de un cazador (1955). Destino. Premio Nacional de Narrativa
Siestas con viento sur. Relatos. (1957). Destino.
La mortaja (1957). Novela corta incluida en Siestas con viento sur.
Siestas con viento sur (1957). Destino. Premio Fastenrath
Diario de un emigrante (1958). Destino.
La hoja roja (1959). Destino. (1987). Premio de la Fundación Juan March.
Las ratas (1962). Destino. Premio de la Crítica.
Viejas historias de Castilla la Vieja. Relatos. (1964). Lumen.
Cinco horas con Mario (1966). Destino. (1981). Espasa Calpe.
Parábola del náufrago (1969). Destino.
El príncipe destronado (1973). Destino.
Las guerras de nuestros antepasados (1975). Destino.
El disputado voto del señor Cayo (1978). Destino.
Los santos inocentes (1981). Planeta.
Tres pájaros de cuenta (1982).
Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso (1983). Destino.
El tesoro (1985). Destino.
377A, Madera de héroe (1987). Destino.
Señora de rojo sobre fondo gris (1991). Destino.
El conejo (1991). Compañía Europea de Comunicación e Información. Cuentos.
Un deporte de caballeros (1993). Destino. Libro infantil.
Diario de un jubilado (1995). Destino.
El hereje (1998). Destino.
Viejas historias y cuentos completos (2006). Menoscuarto. Recopilación de toda la narrativa breve completa.

LIBROS DE VIAJES

Un novelista descubre América (Chile en el ojo ajeno) (1956). Editora Nacional. Por esos mundos. Sudamérica con escala en Canarias (1961). Destino.
Europa: parada y fonda (1963). Ediciones Cid.
Usa y yo (1966). Destino.
La primavera de Praga (1968). Alianza.
Dos viajes en automóvil: Suecia y los Países Bajos (1982). Plaza & Janés.

LIBROS DE CAZA Y PESCA

La caza de la perdiz roja (1963). Lumen
El libro de la caza menor (1964). Destino.
Con la escopeta al hombro (1970). Destino.
La caza en España (1972). Alianza.
Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo (1977). Destino.
Mis amigas las truchas (1977). Destino.
Dos días de caza (1980). Destino.
Las perdices del domingo (1981). Destino.
El último coto (1992). Destino.

OTRAS
Vivir al día (1968). Destino. Selección de artículos de prensa.
Mi mundo y el mundo (1970). Miñón. Antología de textos para niños.
Castilla en mi obra (1972). Magisterio Español.
Un año de mi vida (1979). Destino. Diario que abarca desde junio de 1970 hasta junio de 1971.
S.O.S. El sentido del progreso desde mi obra (1976). Destino. Discurso de ingreso en la RAE., y dos ensayos más.
Castilla, lo castellano y los castellanos (1979). Planeta. Antología de textos.
El otro fútbol (1982). Destino. Artículos.
La censura de prensa en los años 40 (y otros ensayos) (1985). Ámbito.
Castilla habla (1986). Destino. Crónicas de viejos oficios y sus protagonistas.
Mi querida bicicleta (1988). Miñón. Libro infantil.
Mi vida al aire libre: memorias deportivas de un hombre sedentario (1989). Destino. Pegar la hebra (1990). Destino. Artículos y conferencias.
La vida sobre ruedas (1992). Destino. Con ilustraciones de Arnal Ballester. (2004). Planeta & Oxford.
Los niños (1994). Planeta. Antología de textos sobre el mundo de la infancia.
He dicho (1996). Destino. Ensayos y artículos (incluye el discurso de recepción del Premio Cervantes).
Miguel Delibes y Josep Vergés, Correspondencia 1948-1986 (2002). España 1939-1950. Muerte y resurrección de la novela española. (2004). Destino.
La tierra herida: ¿qué mundo heredarán nuestros hijos? (2005). Destino. En colaboración con su hijo Miguel Delibes de Castro.