Charles Masson, nacido en Francia en 1968. Comparte su tiempo entre la medicina y el Cómic. En sus obras suele tratar temas sociales o relacionados con su otra profesión. En “Sopa Fría” relata la muerte de un vagabundo con cáncer, aprovechando su experiencia profesional en el trato con muchas personas sin techo. Fue precisamente su profesión de otorrinolaringólogo la que lo llevo, en 2004 hasta la isla de Mayotte.
Pero en el 2005 algo cambió, como nos cuenta Charles Masson en el prólogo del libro: “Las fuerzas del orden se endurecieron con Sarkozy como Ministro del Interior. Y se produjeron transportes masivos hacia la frontera para alcanzar la cuota de expulsiones fijada". Se organizó una verdadera caza de ilegales.
La historia de “Derecho de Suelo” nos sitúa en Mayotte: una isla que decidió seguir perteneciendo a Francia cuando las Comares declararon su independencia en 1975 y que pertenece al conjunto de cuatro islas que forman el archipiélago de las Comares, en el Océano Índico (Canal de Mozambique). Aunque controlada por una minoría francesa su población es mayoritariamente Maore, también habitan Comarenses y Malgaches, las dos terceras partes de su población son ilegale.
El autor asegura que este libro “surge de la ira, de la impotencia ante una situación insostenible”. Y esa pasión queda reflejada en cada una de sus páginas. Masson recopila los testimonios de la gente de las islas y sus propias experiencias para articular un relato sobre la injusticia y las desigualdades sociales, que quedan reflejadas en el contraste entre los personajes franceses, algunos excepcionales, la mayoría miserables, y los autóctonos, que tienen que hacer lo que sea necesario para sobrevivir, aunque eso incluya vender su dignidad.
Relata las injusticias consentidas o perpetradas directamente por las autoridades de la isla y cómo nos escondemos tras nuestra condición de seres civilizados para aprovecharnos de los más desfavorecidos. Y el miedo al extranjero, a aquel que pasa de ser necesitado a ser temido.
A pesar de ser una historia que transcurre en una isla paradisíaca, como ésta, cualquier otro autor habría dibujado paisajes y playas espectaculares, pero Masson se centra sobre todo en los personajes, casi siempre en primeros planos o medios, porque lo que le interesa es mostrarnos sus reacciones. Y lo consigue a base de trazos gruesos, enérgicos, con los que libera la rabia acumulada, como sí se tratase de un exorcismo.
Esa terrible historia, que el autor cuenta en las cuatro páginas finales del libro, es la columna vertebral de “Derecho de Suelo”. Un relato terrible sobre una isla que, como tantas otras, esconde el infierno tras su aparente belleza. Donde los sin papeles no tienen derecho a residir ni a trabajar, lo que elimina cualquier posibilidad de supervivencia y les arroja al crimen y a la prostitución.
Este es uno de esos libros que nos hacen sentir una profunda impotencia, al ser conscientes de hasta dónde podemos llegar los seres “humanos” y, que desgraciamamente, se convierte en una lectura especialmente indicada para estos tiempos.
Acabamos con unas palabras del autor: Me gustaría que no fuese un libro que se guarde en una estantería, pásalo.
(Próxima cita:13/2 "León el Africano" de Amin Maalonf)