miércoles, 25 de marzo de 2015

PROGRAMA DE LECTURAS 2015-2016




Ya tenemos el programa provisional de lecturas para el próximo curso. Entre marzo y junio tendremos tiempo de regar, podar, injertar... todas esas cosas que se hacen con los árboles para que nos den su mejor sombra, los mejores frutos. 





 



16/09/2015 Todo lo que era sólido, A. Muñoz Molina

14/10/2015 Tokio blues, Haruki Murakami

18/11/2015 Los peces no cierran los ojos, Erri de Luca

16/12/2015 Ben en el mundo, Doris Lessing

13/01/2016 Primera memoria. Ana María Matute

17/02/2016 Vagabundo en África, Javier Reverte

16/03/2016 Hacia la sobriedad feliz, Pierre Rabhi 

13/04/2016   Veinticuatro horas..., Stefan Zweig  
13/04/2016      El fotógrafo (cómic), Lefèvre, Guibert & Lemercier 

18/05/2016 Una soledad demasiado ruidosa, Bohumill Hrabal

15/06/2016 Intemperie, Jesús Carrasco






















lunes, 9 de marzo de 2015

LA FUNDACIÓN (miércoles 11, 20 h.)



Es estrenada en nuestro país el 16 de enero de 1974. La dictadura está viviendo sus últimos años y sigue vigente en España la pena de muerte. La censura está más debilitada pero mantiene el control sobre los medios de comunicación.

Buero Vallejo escribe en una línea posibilista: ajusta a las imposiciones de la censura el mensaje que ofrece, así puede llegar a estrenarse y ser vista por los destinatarios de este trabajo.


Un grupo de jóvenes en una fundación de estudio para el progreso: cinco personajes situados en un espacio escénico que se va transformando poco a poco a medida que progresa la acción. Desde el principio, en que estas personas parecen habitar en una confortable habitación con vistas a un hermoso paisaje, se va transformando -o desvelando- todo frente al lector... hasta que sabemos que están en la celda de una prisión.


Los cinco personajes que al principio parecen miembros de un centro de investigación moderno, al que llaman “la Fundación”, al final se transforman en cinco condenados a muerte en la prisión. Esta transformación la percibe el espectador mediante el órgano de visión de uno de los personajes, Tomás.

Al principio observamos que lo que dice Tomás y lo visto por el espectador no encaja con la conducta del resto de personajes. El espectador  ve en escena lo que Tomás ve. Al ir desmoronándose este mundo, el espectador va perdiendo la fe en su visión y en la de Tomás. Cuando esta metamorfosis concluye y sabemos que estamos en la celda de una cárcel, creemos haber despertado de un sueño coherente... para caer en una pesadilla no menos coherente.

                                

Hemos experimentado el terrible proceso que supone el paso de una visión enajenada a una visión lúcida... pero terrible: Tomás fue sometido a tortura y no pudo resistir, delatando a sus compañeros, que fueron condenados también por su culpa. Para poder sobrevivir y soportar esto, Tomás niega la verdad sustituyéndola por una mentira. Creó un nuevo mundo lleno de belleza, sin cadáveres ni torturas ni cárceles.

Este mundo que presenta Tomás al espectador y que el espectador al principio cree verdadero, se va desmoronando poco a poco entre aspectos de lo verdaderamente real que van surgiendo, como la solidaridad, la ilusión, la traición o la venganza: en el nuevo mundo verdadero aparece la delación, la muerte, pero también la posibilidad del heroísmo y la libertad. 

El espacio escénico quedará vacío y la celda se transformará de nuevo en una hermosa habitación de una Fundación, lista para acoger a nuevos inquilinos. Los testigos de esta nueva transformación son, nuevamente, los espectadores. ¿Hemos salido en realidad de la Fundación en que nos encontramos instalados? 

Como un infierno circular y perfecto, todo está listo para volver a empezar.

                                      

Dirección:   José Osuna
Reparto: Francisco Valladares, Jesús Puente, Manuel Gallardo y José María Guillén

ANTONIO BUERO VALLEJO




Antonio Buero Vallejo nació el 29 de septiembre de 1916 en Guadalajara, ciudad a la que regresaría para estudiar el bachillearato tras pasar su infancia entre La Alcarria y Larache (Marruecos).  Aficionado a la música y a la pintura y el dibujo, desde los cuatro años dibuja incansablemente y va formándose su gusto por la lectura de la mano de su padre, dueño de una gran biblioteca.

Estudia Bachillerato en Guadalajara entre los años 1926 y 1933. En 1932 recibe el primer premio de un concurso literario para alumnos de Segunda Enseñanza y de Magisterio de Guadalajara por la narración El único hombre.

En 1934 la familia se traslada a vivir a Madrid, y allí ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Le sigue interesando la pintura, pero las lecturas son continuas, así como su asistencia al teatro. Aunque no milita en ningún partido, se acentúa su sensibilidad por la política y se siente próximo al marxismo. Al comenzar la Guerra Civil piensa en alistarse voluntario para ir al frente; finalmente desecha esta idea ante la oposición de su familia. En la contienda su padre es detenido y fusilado el 7 de diciembre de 1936.

Participó en la Guerra Civil Española por el bando republicano, sufriendo cárcel por esta cuestión. A pesar de esto no se rindió, y cuando salió, se concentró en el teatro, al que nunca dejó de imprimir una profunda denuncia social y política, que le valió incluso la imposibilidad de estrenar alguna de sus obras.

Al final de la contienda es condenado a muerte, pena que le fue conmutada ocho meses después. Tras un largo peregrinar por diversas cárceles (en la de Conde de Toreno permanece año y medio y en ella realiza el famoso retrato de Miguel Hernández, con quien intimó mucho) sale en libertad condicional el año 1946 del penal de Ocaña, pero desterrado de Madrid.  Se hace socio del Ateneo y publica algunos dibujos en revistas para conseguir ingresos, pero su afición pictórica empieza a decaer en pro de la escritura. Refleja, a través de la narrativa, los pensamientos de su último año de cárcel, si bien pronto abandona ese género por el teatro. El tema de la ceguera, que siempre le había interesado, se convierte en el centro argumental de su primer drama, En la ardiente oscuridad, redactado en una semana del mes de agosto de 1946. Escribe Historia despiadada y Otro juicio de Salomón en 1948.



En 1949 gana el premio Lope de Vega con Historia de una escalera y en el mismo año el premio de la Asociación de Amigos de los Quinteros por su acto único: Las palabras en la arena.

El tema común que liga toda su producción es la tragedia del individuo, analizada desde un punto de vista social, ético y moral. Los principales problemas que angustian al hombre se apuntan ya en su primera obra, En la ardiente oscuridad, y continúan en obras posteriores.

La crítica ha clasificado su obra en teatro simbolista, teatro de crítica social y dramas históricos. En los años sesenta consigue estrenar algunos títulos, aunque sigue teniendo bastantes problemas con la censura.



En 1963 se le propone incorporarse al Consejo Superior de Teatro, pero Buero renuncia a ello. Encabezados por Bergamín, un centenar de intelectuales, Buero entre ellos, firman una carta dirigida al ministro de Información y Turismo solicitando explicaciones sobre el trato dado por la policía a algunos mineros asturianos. El Ministerio publica la carta en la prensa con una respuesta, y aunque no se adoptan medidas públicas contra los firmantes, hay una condena al silencio por parte de la prensa y cierto «desvío de editoriales y empresas». Buero no podrá estrenar hasta 1967 a pesar del interés de algunos empresarios por La doble historia del doctor Valmy (escrita en 1964), que permaneció sin representarse en España hasta 1976, ya superada la dictadura.

Ante las dificultades económicas que padece se ve obligado a viajar a Estados Unidos. Durante dos meses de 1966 visita una quincena de universidades y, contra su costumbre y sus deseos, da charlas acerca de su teatro.

En los primeros años de la democracia aumentan los ataques al autor y recibe anónimas amenazas de muerte, aunque la admiración internacional hacia él es constante. En 1974 se estrena y publica La Fundación.

Miembro de número de la Real Academia Española en 1971 para ocupar el sillón X. Pronuncia su discurso de ingreso titulado  «García Lorca ante el esperpento».

En junio de 1986 muere en accidente de tráfico su hijo menor, el actor Enrique Buero Rodríguez, a cuya memoria está dedicada Lázaro en el laberinto. El día del estreno se le concede el Premio Cervantes -por primera vez a un dramaturgo. Diez años después, en 1996,  le fue concedido el Premio Nacional de las Letras Españolas, también otorgado  por primera vez a un autor teatral.



Se celebra en Murcia, en 1987, el Simposio «Buero Vallejo (Cuarenta años de teatro)», que contó con la participación del autor y de diversos estudiosos y directores de sus obras teatrales.

En 1997 concluye su última obra, Misión al pueblo desierto, que se estrena en Madrid el 8 de octubre de 1999.

El 29 de abril de 2000, a los 83 años, muere en una clínica madrileña tras sufrir un infarto cerebral. Su capilla ardiente se instaló en el Teatro María Guerrero, por donde pasaron más de seis mil personas para rendirle un último homenaje.


BIBLIOGRAFÍA

Obras teatrales por orden de estreno:

Historia de una escalera (1949) 
En la ardiente oscuridad (1950) 
La tejedora de sueños (1952) 
La señal que se espera (1952) 
Casi un cuento de hadas (1953) 
Madrugada (1953) 
Irene o el tesoro (1954) 
Las cartas boca abajo (1957) 
Hoy es fiesta (1955) 
Un soñador para un pueblo (1958) 
Las Meninas (1960) 
El concierto de San Ovidio (1962) 
Aventura en lo gris (1963) 
El tragaluz (1967). 
Primer Acto (1967). 
La doble historia del doctor Valmy (1968) 
El sueño de la razón (1970) 
La detonación (1977) 
En La llegada de los dioses (1971), 
La Fundación (1974). Una alegoría sobre la libertad, y las diversas formas (desde la negación a la lucha) en que nos rebelamos contra la esclavitud. 
Jueces en la noche (1979) 
Caimán (1981) 
Diálogo secreto (1984) 
Lázaro en el laberinto (1986) 
Música cercana (1989) 
Las trampas del azar (1994) 
Misión al pueblo desierto (1999)

 Ensayo

1999.- "El futuro del teatro y otros ensayos"

Poesía

1991.- "Tentativas poéticas"

Otras obras

1949.- "Gustavo Doré: estudio crítico-biográfico"
1964.- "Me llamo Antonio Buero Vallejo"
1972.- "García Lorca ante el esperpento: discurso de recepción en la Academia de la Lengua Española Real Academia Española"
1973.- "Tres maestros ante el público: Valle Inclán, Vélazquez, Lorca"
1984.- "Marginalia"
1993.- "Libro de estampas"