viernes, 28 de noviembre de 2014

NUESTROS POETAS

En esta lluviosa mañana de noviembre, nuestro amigo Manuel Balsalobre, nos conforta con esta primavera.



APENAS SUEÑO DESPIERTO

De mi brazo vas emocionada primavera,
presa aún de mis angulosos sueños;
sueños..., que se hunden en las vagas nieblas
del mar de los recuerdos.
Hoy, navego marinero de húmedos otoños,
oyendo el murmullo lejano del agua que,
esparciendo ecos, se aleja abrazando la tormenta
llameante y temblorosa.
Y, a dar me detengo...,
a cada soledad una copa de vino,
una flor a cada duda,
un camino a cada regreso;
y a ver perderse, los ayeres
tras la bruma.

jueves, 6 de noviembre de 2014

LA IMPACIENCIA DEL CORAZÓN (miércoles, 19 de noviembre, 20 h.)




La novela publicada póstumamente “La impaciencia del corazón” -o “La piedad peligrosa”- escrita en 1939,  parece apuntar inicialmente a una historia aparentemente banal; la de un hombre que se compromete por compasión con una mujer discapacitada y luego rehúsa cumplir su promesa. El teniente Anton Hoffmiller, muchacho de poco mundo y escasas experiencias, se granjea las simpatías de la acaudalada familia Kekesfalva. Poco a poco se irá sintiendo atenazado por estos lazos, pero su sentido de la compasión ¿culpa? le hará regresar una y otra vez a visitar la casa. 

Cuando desde su silla de ruedas, la hija del señor Von Kekesfalva, Edith, le confiesa que está enamorada de él, Hoffmiller lucha contra sí mismo entre su deseo de complacer a la inválida y sus sentimientos de rechazo hacia el amor que ella le profesa.



Desde las primeras líneas, el autor vienés esboza  la idea principal que pretende transmitir al lector: el antagonismo entre dos conceptos de compasión, presentados en el prólogo. El teniente Hoffmiller personifica el primero con una compasión envuelta en sentimentalismo que no es más que debilidad del corazón, dejándose engañar  por la agradable sensación de ayudar a los demás, pero cuando llega el momento de hacerse responsable y cumplir lo prometido es incapaz de hacerlo. Por otra parte, el doctor Condor, abnegado esposo de una paciente ciega a la que no pudo sanar, es el símbolo del segundo tipo de compasión, aquella que mantiene su palabra, que permanece cuando los demás abandonan, que da cuanto tiene de sí mismo.

Zweig nos presenta al teniente Hoffmiller envuelto en una nebulosa de sentimientos encontrados. Su indecisión resulta patente y tan pronto quiere huir al extranjero o quitarse la vida como dar un giro radical y someterse a un amor que él no corresponde. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta los prejuicios sociales de la época, resulta un tanto perturbador para los lectores de hoy que Hoffmiller no afirme taxativamente más motivo para rechazar a Edith que su condición de minusválida y el oprobio social que le reportaría casarse con una mujer lisiada con dinero e hija de un judío enriquecido que ha cambiado su nombre para parecer más ilustre.

En esta obra disfrutamos de la capacidad del autor vienés para introducirnos en el perturbador mundo del teniente Hoffmiller,  que a medida que avanza la trama se va convirtiendo en más y más agobiante. El protagonista es consciente de que él mismo con su falsa compasión va añadiendo barrotes a la cárcel que le retiene. Sus actos, su fingido compromiso, sus medias verdades y sus flagrantes mentiras, le resultan a él mismo deplorables y, sin embargo, le es imposible actuar de forma coherente. En este sentido, uno de los magistrales toques de la novela, es el hiriente sonido de las muletas de Edith Kekesfalva tamborileando contra el suelo, metáfora de la responsabilidad que persigue a Hoffmiller para atarle a sus promesas.


El acierto en el estudio psicológico de los personajes, demostrado por Zweig en las nouvelles “Veinticuatro horas en la vida de una mujer”, o, entre otras, “Carta de una desconodida”, vuelve a revelarse en una de las pocas novelas escritas por el austriaco.

STEFAN ZWEIG



Escritor y pacifista austriaco, nació el 28 de noviembre de 1881 en Viena, en el seno de una acomodada familia judía. A raíz del estallido de la I Guerra Mundial, Zweig se convirtió en un ardiente pacifista y se trasladó a Zurich, donde podía expresar sus opiniones. También residió  durante un año en París. Después vive en Londres y viaja por España, Italia y Holanda. De vuelta conoce en Leipzig a Kippenberg, el director de la editorial Insel. Visita la India, Norteamérica y Panamá. En 1919 vuelve a Austria.


En su primera obra importante, el poema dramático Jeremías (1916), denunciaba apasionadamente lo que él consideraba  la locura suprema: la guerra.  


Entre las obras escritas en los años posteriores destacan: Tres maestros (1920) -estudios sobre Honoré de Balzac, Charles Dickens y Fedor Dostoievski-, y La curación por el espíritu (1931), donde da cuenta de las ideas de Franz Anton Mesmer, Sigmund Freud y Mary Baker Eddy.


El ascenso del nazismo y el antisemitismo en Alemania llevó a Zweig, que era judío, a huir a Gran Bretaña en 1934. Emigró a los Estados Unidos en 1940 y después a Brasil en 1941, donde se suicidaría un año después junto a su compañera, llevado por un sentimiento de soledad, pesimismo y fatiga espiritual.


Como escritor, Zweig se distinguió por su introspección psicológica. Omitiendo detalles no esenciales, fue capaz de hacer sus biografías tan entretenidas como una novela. Los últimos escritos importantes de Zweig incluyen las biografías Erasmus de Rotterdam (1934) y María Estuardo (1935), la novela El juego real (publicada póstumamente en 1944), y su autobiografía El mundo de ayer (1941).






OBRAS

Teatro

Thersite, 1907
Les Guirlandes précoces, 1907
Jeremias, 1916
La casa al borde del mar, 1911

Poesía

Cuerdas de plata, 1901
Las primeras coronas, 1906

Ficción

Ardiente secreto
Caleidoscopio
La estrella bajo el bosque, 1903
Los prodigios de la vida, 1903
En la nieve, 1904
El amor de Erika Ewald, 1904
La Marcha, 1904
La Cruz
Leporella
Amok o el loco de Malasia, 1922
Los ojos del hermano eterno, 1922
La confusión de los sentimientos, 1926
Carta de una desconocida, 1927
Buchmendel, 1929
Veinticuatro horas de la vida de una mujer, 1929
La piedad peligrosa o La impaciencia del corazón 1939
Novela de ajedrez, 1941

Biografías

Émile Verhaeren, 1910
Fouché, el genio tenebroso, 1929
La curación por el Espíritu, 1931
María Antonieta, 1932
María Estuardo, 1934
Erasmo de Rotterdam, 1934
Conquistador de los mares: la historia de Magallanes, 1938
Romain Rolland: el hombre y su obra, 1921
Paul Verlaine
Balzac: La novela de una vida, 1920
Castellio contra Calvino, Conciencia contra Violencia
Confusión: The Private Papers of Privy Councillor R. Von D
Momentos estelares de la humanidad (1927)
La lucha contra el demonio, Hölderlin, Kleist, Nietzsche
Montaigne, libro póstumo
Tres poetas de su vida: Casanova, Stendhal, Tolstoi

Autobiografía

El mundo de ayer, publicado tras su muerte

No ficción

Brasil: Un país de futuro
Momentos estelares de la humanidad