“Ningún crimen lo cometí por odio, el que se ensaña es mi amor desgraciado”. Medea, Séneca.
“Con Mi amor desgraciado, media docena de títulos avala la capacidad narrativa de Lola López Mondéjar, escritora de la que cabe decir, como mínimo, que ninguna de sus obras, al margen de su diversa enjundia, obedece al designio facilón y que tanto se lleva de contar historias superficiales que puedan ser transformadas casi automáticamente en imágenes. Sin duda por su condición de psicoanalista profesional, a la autora murciana le interesa bucear en los sentimientos de sus personajes, crear figuras psicológicamente complejas, seres con una vida interior bien perfilada.
Mi amor desgraciado es una novela de estructura aparentemente simple, compuesta por los monólogos -casi confesiones de diván- que van alternándose a lo largo de la obra y que corresponden a dos mujeres que nada tienen que ver entre sí pero entre las cuales acabará produciéndose un encuentro seguido de diversas conversaciones que permitirán descubrir cómo las declaraciones de una de ellas -Hélêne- formaban parte desde el principio de una larguísima confesión que una reclusa condenada por parricidio va desplegando ante la única persona que la visita en la cárcel. Pero el carácter de receptora de las confesiones de Hélêne que se asigna a esta otra mujer innominada no la convierte en psicoanalista ni tampoco la reduce a una función ancilar en la historia, ya que la autora penetra también en su intimidad psicológica, hasta el punto de que, aunque los destinos de ambas mujeres sean muy diferentes, comparten rasgos comunes.
Novela excelente por su penetrante discurso psicológico, Mi amor desgraciado está escrita en una prosa sin alardes, límpida...”
(Extractos de la crítica Ricardo SENABRE en "El Cultural", 10/09/2010).
Y una curiosidad: pese a los evidentes paralelismos entre Hélêne y la Medea de Eurípides y Séneca, la autora no conocía ninguna de esas versiones del mito griego antes de escribir esta novela.