domingo, 14 de febrero de 2016

VAGABUNDO EN ÁFRICA (miércoles 17, 20h)

















De los libros que componen tu trilogía africana, ¿cuál es tu preferido y qué ruta disfrutaste más?

Sin duda el primero, “El sueño de África”, aunque tenga mayor calidad literaria, en mi opinión, el segundo, “Vagabundo en África”. En el “Sueño…” puse los pies en todo mi mundo imaginario infantil.














Escrito en primera persona, además de narrar la experiencia del viaje del propio Reverte, en "Vagabundo en África" se profundiza en la historia de los territorios por donde viaja el autor.

Javier Reverte es capaz de contar la historia de Sudáfrica o de cualquier otro país de una forma amena y completa. Por ejemplo, al entrar a un bar de una pequeña ciudad del interior de Sudáfrica se refleja la situación en la que unos ingleses blancos beben ruidosamente separados del resto de personas de raza negra, a partir de ese ejemplo se profundiza en el conflicto racial del país y en sus orígenes. Remontándose a los bóers, aquellos colonos holandeses llegados en el siglo XVII que lucharon contra los nativos (zulúes, ndebeles, etc.) y que posteriormente también lo hicieron contra las ansias expansionistas del Imperio Británico. Aunque perdieron la guerra, impusieron sus propuestas segregacionistas que condujeron al apartheid.















Javier visita, además de Sudáfrica, Zimbabue, Tanzania, Ruanda y la República Democrática del Congo. El objetivo final es conseguir navegar el río Congo, algo a lo que está totalmente decidido, seguramente debido a los libros que ha leído con anterioridad. Tal es la fuerza de los sueños que está a punto de costarle la vida la citada navegación, y aun así se plantea continuar río arriba. Esto se ilustra a las mil maravillas con el refrán suajili que el mismo cita: “Donde hay un deseo, hay siempre un camino“.

He citado esta frase, aunque ya la cité hace un par de semanas cuando la descubrí en el libro, porque quiero recopilar en esta entrada las frases que más me han marcado de este libro, y no son pocas. Por supuesto que el libro habla muy a las claras de cómo el colonialismo europeo se impuso en el continente y cómo después (y aún hoy) siguió el pueblo oprimido por diferentes causas, estando hoy claramente amenazado por el incremento de las enfermedades, la superpoblación de las ciudades, etc.


“Lo mejor de los viajes es ver paisajes que te hipnotizan y encontrar hombres que te sorprenden. Siempre hay paisajes insospechados que añorarás mientras vivas y siempre hay tipos de una pieza con los que te tropiezas en el camino, a los que no volverás a ver jamás y echarás de menos toda tu existencia”. Javier Reverte.

“Lo mejor de viajar es que uno se hace solidario de los otros. Porque cuando viajas, la gente te ayuda, y aprendes que debes ayudar a los extranjeros que vienen a tu país. Los que no viajan tienen la cabeza cerrada y el corazón seco. Pueden ser más ricos, pero son más egoístas y menos inteligentes. Ricos, sí; pero tontos”. Yombe.

“Viajar prolonga tu vida, la llena de rostros y paisajes, de cantos de otras voces y de horizontes que ignorabas”. Javier Reverte.

“Viajar es descubrir que todo el mundo se equivoca. Cuando uno viaja, tus convicciones caen con tanta facilidad como las gafas; sólo que es más difícil volver a ponerlas en su sitio”. Aldous Huxley.

Y una frase sacada también del libro y que pone de manifiesto la clase de gobernantes que ha habido en muchos países de África, en la mayoría de los casos amparados por (y al servicio de) las grandes potencias económicas (Francia, EE.UU., Reino Unido, etc.):

“Sé que las cosas van mal para todos vosotros. Por eso, creo que convendría añadir un artículo nuevo en la Constitución, el artículo quince: arregláoslas como podáis“. Mobutu, Presidente del Zaire, dirigiéndose a su pueblo en un discurso en Kisangani.






(Fragmentos extraídos de https://losmeandros.wordpress.com)




JAVIER REVERTE




Javier Reverte es madrileño y estudió Filosofía y Periodismo. Ejerció como periodista durante casi 30 años, trabajando como corresponsal de prensa en Londres, París y Lisboa, y como enviado especial en numerosos países de todo el mundo. También ha ejercido como articulista, cronista político, entrevistador, editorialista, redactor jefe de mesa, reportero del programa “En Portada” de RTVE y subdirector del desaparecido diario “Pueblo”.






























En su faceta de escritor, es autor de varios libros de viajes que han tenido una gran acogida entre los lectores españoles. Algunos de sus títulos son “Trilogía de África” (“El sueño de África”, “Vagabundo en África” y “Los caminos perdidos de África”), “Corazón de Ulíses”, “Billete de Ida” (antología de sus reportajes viajeros), “El río de la desolación” (un viaje por el Amazonas) , “La aventura de viajar” (memorias de diversos viajes a lo largo de su vida), “El río de la luz” (un viaje por Alaska y Canadá) y el recientemente aparecido “Un verano chino”.


Entre sus novelas destacan “Todos los sueños del mundo”, “La noche detenida”, “El médico de Ifni”, “Venga a nosotros tu reino” y “Barrio Cero”. 

Es autor de una biografía –“Dios, el Diablo y la Aventura”- sobre el sacerdote madrileño Pedro Páez, el primer europeo que alcanzó a ver las fuentes del Nilo Azul, en Etiopía.



          Escritores viajeros en el siglo XXI


Además de prosa, ha cultivado la poesía. Su libro “Trazas de polizón”, publicado en el 2005, reúne tres poemarios. 

En 2011 publicó el libro “Poemas Africanos”.


LAS FALDAS DE MI TIENDA

He de añorar, hasta la hora de mi muerte,
una manta en el suelo,
en soledad, bajo la falda de mi tienda,
soñando una mujer que, tendida a mi lado,
pinte una risa alegre entre sus labios
y admire, como las madres justas y burlonas,
la torpeza infantil de mis hazañas.
Y que luego me abrace y me divierta
como saben hacerlo las hembras descaradas.

Más allá de mi tienda, quiero sentir el pulso
de la montaña vieja que guarda mis espaldas
y notar en mi vientre el viento silbador
que levanta las faldas de mi tienda.

Y escuchar el quejido del búho
y la tos del chacal
los pasos tenebrosos de la noche
donde no somos nada o quizás somos todo.

Pues la noche es angustias,
recuerdo de tus muertos, dolor de tus fracasos.
Pero es ansia también de orgullos necesarios,
la altivez de tu casta y el trono del valor.

Anhelo ese instante íntimo del miedo,
en soledad,
cuando busco coraje donde sólo hay abismo,
donde me crezco hombre
mientras aúlla el viento bajo el cielo de piedra
y levanta las faldas de mi tienda.
Noches al fin y al cabo,
noches que nos dominan, las noches victoriosas,
noches que se detienen desde el final del tiempo,
noches que nunca engañan,
noches en duermevela en las que a nadie debes
y nadie, al mismo tiempo, a ti te deba nada.

Y gime el ”haboob”, lúbrico:
trae lamentos lascivos,
susurros sin palabras
que levantan las faldas pudorosas de mi tienda
y me dejan desnudo bajo la noche brava.

(Wadi Halfa, Sudán, 2000)