miércoles, 23 de diciembre de 2009

TOM SPANBAUER


Escritor estadounidense, nación en Pacatello, Idaho, en 1946.

Criado en una familia católica de granjeros de origen alemán, inició sus estudios en la universidad de Aido, trasladándose más tarde a la universidad de Columbia (Nueva York). Antes de trasladarse a la costa Este, pasó tres años en Kenia. En Nueva York se casó, se divorció y sobrevivió con pequeños trabajos que compaginó con su primera novela ”Lugares Remotos”.

Tras el éxito de su segunda novela, “El Hombre que se enamoró de la Luna” se instaló en Portland, Oregón, donde imparte clases de literatura y sigue escribiendo.
Su tercera novela fue “La ciudad de los cazadores tímidos”, que al parecer recoge su propia experiencia como inmigrante del lejano Oeste en la Gran Manzana.



En 2006 publicó “Ahora es el momento”, que gira en torno a la huida de un adolescente de finales de los 60, desde su ciudad natal hacia California.


Spanbauer ha definido su aproximación a la literatura como escritura peligrosa y la enseña en su propio taller de escritura de Portland. Esta escritura usa ciertas técnicas literarias que enfatizan el minimalismo, tratando temas que causan miedo o vergüenza en el escritor, y buscando una expresión lo más sincera posible. Las obras que siguen esta técnica están narradas en primera persona y tratan determinados temas como pueden ser los tabúes culturales.

lunes, 21 de diciembre de 2009

EL HOMBRE QUE SE ENAMORÓ DE LA LUNA. Tom Spanbauer, 1991.


“La ficción hace la verdad más verdadera. Si voy a la no ficción me enredo en los detalles, mientras que con la ficción siento que tengo licencia para mentir. Encuentro la verdad mintiendo sobre ella”.

Tom Spanbauer


Dangerous writing. El estilo literario propuesto por Spanbauer traza el fantástico itinerario que va guiando al lector por ese peculiar Far West: un lejano Oeste habitado por indios y negros enfrentados a las convenciones impuestas por el hombre blanco; prostitutas soñadoras y enamoradas de hombres solitarios; mormones inquisidores; tipos duros y no tan duros que se aman bajo todas las luces. Violencia y amor, Naturaleza y pólvora, palabras-tabú, regueros de whisky, sexo… y Cobertizo, el protagonista adolescente que es, a su vez, la voz que narra para mostrarnos las fronteras y demostrarnos su artificio: las razas, los orígenes, la sexualidad revolotean sin ataduras a lo largo y ancho de esta novela, de este viaje de iniciación y búsqueda donde los márgenes se diluyen como una mirada en la oscuridad.


“El hombre que se enamoró de la luna” nos cuenta una historia repleta de hermosas mentiras que arrojan luz sobre distintas verdades: la verdad del aprendizaje, la lucidez de la libertad consciente, la certeza de la poesía.



Carlos Gironés.



































miércoles, 2 de diciembre de 2009

ARTHUR MILLER

En la ENCICLOPEDIA ENCARTA de MICROSOFT encuentro la siguiente reseña del dramaturgo estadounidense Arthur Miller, que figura entre los principales autores teatrales del siglo XX.

Nació en Nueva York el 17 de Octubre de 1915, hijo de un fabricante de abrigos que se arruinó durante la Gran Depresión. En 1938, mientras estudiaba en la universidad de Michigan, recibió varios premios por su comedia "Todavía crece la hierba". De regreso a Nueva York comenzó a escribir seriales radiofónicos. En 1944, obtuvo su primer premio literario con "Un hombre con mucha suerte", obra que sin embargo no tuvo éxito comercial. Su novela "Focus" (1945), un ataque contra el antisemitismo, resultó un gran éxito y "Todos eran mis hijos" fue elegida por el Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York como la mejor obra teatral de 1947. Este estudio sobre los efectos del oportunismo en las relaciones familiares influyó en la mayoría de sus obras posteriores.

El mayor logro de Miller fue "Muerte de un viajante" (1949), que obtuvo los premios Pulitzer de Teatro y del Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York, y a menudo se cita entre las mejores obras del teatro contemporáneo. En un estilo casi poético, narra la trágica historia de un hombre normal, muy parecido a su padre. "Las brujas de Salem" (1953), una obra que describe los juicios por brujería realizados en Salem, es en realidad una denuncia contra la investigación del Congreso de Estados Unidos sobre las actividades subversivas llevada a cabo por el senador Joseph McCarthy. El propio Miller compareció ante el Comité de Actividades Antiamericanas en 1956. Fue condenado por desacato pero, apelada la sentencia, quedó finalmente absuelto.

Otras obras dignas de mención son "Panorama sobre el Puente" (1955), "Después de la caída" (1963),"Incidente en Vichy"(1964),"El precio"(1968)y"El arzobispo" (1977), basada en la persecución de los escritores disidentes soviéticos. Destacan asimismo el guión cinematográfico "Vidas rebeldes" (1960), escrito para su segunda esposa, la actriz Marilyn Monroe; "El reloj americano" (1980), una serie de viñetas dramáticas basada en "tiempos duros" (1970), un estudio sobre la depresión del escritor estadounidense Studs Terkel; una colección de relatos, "Ya no te necesito" (1967), y "Ensayos teatrales de Arthur Miller" (1978).


Los principales responsables de Vidas Rebeldes: Frank Taylor (productor), Arthur Miller (guionista), Eli Wallach, John Huston (director), Montgomery Clift, Marilyn Monroe, y Clark Gable alias "El Rey".


Las obras de Miller se interesan especialmente por la responsabilidad del individuo hacia los demás, el conocimiento de uno mismo y la realización personal. Escritas en un estilo sencillo y coloquial, tienen su origen en la conciencia social del autor y su compasión hacia los que son vulnerables y se dejan arrastrar hacia el mal camino por los falsos valores que impone la sociedad.


El 8 de Mayo último le concedieron el Premio PRINCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS y al día siguiente apareció en el periódico "TRIBUNA de Salamanca" el artículo de Aníbal Lozano que a continuación se transcribe íntegra y literalmente.

"¡Hay que estirar el cuello para ver una estrella!", dice Willy Loman en un momento transcendente de "Muerte de un viajante", exactamente cuando la naturaleza de la vida le obsesiona con el fracaso en un paraíso de falsos ganadores.

El teatro de Arthur Miller - desde ayer Premio PRINCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS - es el del realismo que penetra en la piel hasta llegar a los tuétanos. Heredero del gran teatro norteamericano que renovó universalmente la figura de Eugene O'neill, hijo adoptivo para el teatro de la generación que marcó la presencia de Tennesse Williams, Miller sabe como pocos dibujar al personaje y darle la transcendencia de la lucha de la vida. Si no fuera por el fuego de las falsas imágenes diríamos que él es un "barojiano" comprometido y que no se queda ante el escaparate de pintar la vida tal como es, sino para darle forma para que el fondo del compromiso precisamente no se pierda.

Así es el personaje, por ejemplo, de Willy Loman, que pide un gran actor para que lo lleve a escena y al que el otro regalará el premio de la memoria. Si en España lo interpretaron Carlos Lemos (que siempre recuerdo junto a Enrique Clemente) y Rodero, entre otros grandes, ahora por Willy, José Sacristán ha recibido el premio "Mayte" de Teatro. Y qué decir de Eddie Carbone, al que siempre recurro para escribir sobre una parábola entre el teatro y la vida. He ahí a Helio Pedregal dirigido por Narros a quién pudimos ver tan recientemente en la espléndida "Panorama desde el puente".

El de Miller es un teatro sin fisuras, un espacio donde la vida provoca salir a escena desde lo cotidiano y la dureza de cuánto gravita en la lucha diaria por la supervivencia... y la dignidad.

A Buero le gustaba hablar de su teatro aunque él creía - y su naturaleza dramática lo atestigua - que en el fondo su ojo estaba clavado en O'neil, quizás porque se sentía generacional del mismo Arthur Miller y si uno en España creaba el teatro desde la historia misma, ya fuera entre Velázquez, Goya o Larra, aun sin desprenderse de los personajes cotidianos de la crudeza en que vivían, el otro tiraba de un viajante, un desesperado combatiente o un emigrante amenazado para preguntar sobre la naturaleza de su honestidad. Ese gran teatro de Miller no es otro que el de la profunda química humana.

En el Teatro Campoamor de Oviedo, el universal dramaturgo recibió ayer, Viernes 25, el Premio PRINCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS, en su edición del presente año.

Arthur Miller no se ha dejado "arrastrar hacia el mal camino por los falsos valores que impone la sociedad". Y nunca le llaman despectivamente gringo, yanqui o cosa parecida. Al contrario, en él se dan los auténticos valores del pueblo norteamericano, ejemplarizador de sus clases dirigentes; ese buen pueblo del que puede surgir un mañana donde el más poderoso sea también el más justo.


Este artículo fue publicado por Juan José Abellán, componente de nuestro club de lectura,en el Mirador de Cieza el 26/10/2002.



lunes, 30 de noviembre de 2009

LA CONCIENCIA DEL SUEÑO AMERICANO


MANUEL VICENT


Bajo cualquier forma de derrotismo siempre hay una posibilidad de victoria: este principio se le quedó grabado al adolescente Arthur Miller a los 14 años, cuando la Gran Depresión del 29 se llevó por delante la fábrica de ropa interior femenina de su padre, un judío polaco, emigrado a Norteamérica antes de la I Guerra Mundial. Aunque era un negocio boyante, en esos años se ganaba mucho más especulando en Bolsa. El crack de Wall Street lo dejó desplumado y la empresa familiar se fue por el sumidero. En lugar de alquilar una suite del último piso del Waldorf Astoria para arrojarse al vacío como hicieron otros, el señor Miller se trasladó a Brooklyn; pasó un tiempo en un sillón con el puño en la mandíbula y la mirada fija en la pared de enfrente, pero un día se puso en pie y se hizo viajante. Ya no llegó a nada, aunque tampoco tuvo necesidad de estrellarse con su Studebaker contra un árbol para que su hijo cobrara el seguro y pudiera seguir los estudios. Su hijo lo había conseguido por sus propios medios empleándose en un almacén de repuestos de automóviles, un trabajo que le permitió ir a la universidad.


Nada funciona, pero hay que levantarse cada mañana con el ánimo de que las cosas pueden cambiar: éste era el espíritu del viejo sueño americano. Ése era también el espíritu de Arthur Miller. Alto, fibroso, adusto, irónico, este judío antisionista pertenecía también a esa otra raza de los que, en cualquier parte del mundo, nunca bajan los brazos ante la injusticia y la combaten más allá de la desesperación. No creo que su ánimo hubiera variado en el caso de haber sido estibador en el puerto de Nueva York. La adversidad de la Gran Depresión hizo que, en lugar de ser un acaudalado fabricante de paños, heredero del negocio familiar, se convirtiera en el primer dramaturgo de Estados Unidos. En el fondo el pesimismo es siempre una forma de moral, por eso nunca hay que doblegarse.



Photo by W. Eugene Smith. Actors Arthur Kennedy (L) & Lee J. Cobb in scene from Arthur Miller play "Death of a Salesman", New York, NY, 1949.

De esta derrota extrajo Miller la primera victoria. La muerte de un viajante, inspirada en la experiencia de su padre, fue la obra que lo llevó a la fama. Cuando todo parecía sonreírle le llegó otro golpe bajo. Sucedió en 1956. Miller tenía 41 años y su éxito estuvo a punto de ser arruinado. Hay que imaginarlo entrando en la sala abarrotada del Congreso para declarar ante el comité de actividades anti-norteamericanas, requerido por el senador Joe McCarthy. En una ocasión semejante el director John Ford, de pie ante el estrado, miró el reloj y se dirigió a los miembros de la comisión con estas palabras:
-Tienen ustedes media hora para preguntar lo que quieran. A las diez empiezo el rodaje.

Arthur Miller fue aún más escueto y allí donde algunos actores, directores y productores famosos, que sólo eran héroes en la pantalla, se achantaron hasta convertirse en delatores de sus colegas, él se acogió a la cláusula del silencio, más cerca del desprecio que de la cólera. No trató de lucirse con una frase para la historia, pero tampoco bajó los brazos esta vez. Normalmente la vida sólo te concede una oportunidad para dar la talla ante ti mismo y ser coherente con lo que haces o escribes, de forma que puedas afeitarse sin rubor ante el espejo cada mañana. Miller la aprovechó y, pese a su entereza moral, al abandonar la sala, dijo:

-No me siento tan inocente como para maldecir a otros que no han sabido ser fuertes.

Cosas así sólo pueden decirse después de haber leído mucho a Isaías. Arthur Miller no era un moralista porque sabía que la inseguridad es el único principio válido en la vida y de la sensación de que todo puede derruirse en una fracción de segundo sacó su inspiración. Ésa era también la cara oculta del sueño americano. Este percance le inspiró Las brujas de Salem, una gran carga contra el fanatismo.
















Photo by Inge Morath, Marilyn Monroe and Arthur Miller in their suite in Reno´s Mapes Hotel after a day´s shooting, 1960.

Y un día este hombre duro y reservado, de ojos incisivos detrás de sus gafas de carey, saltó a los grandes titulares de todos los periódicos al ser descubierto en brazos de Marilyn Monroe, el mito erótico de Norteamérica. De pronto Arthur Miller se vio arrastrado por un vendaval que lo convirtió en una parte de gran spot publicitario, en el cual la inteligencia y el sexo formaban una misma oscura amalgama, que comenzó a alimentar también el fondo lúbrico del sueño americano. A Marilyn se la veía colgada de aquel intelectual. Lo miraba desde abajo con ojos quemados de admiración y él le devolvía desde arriba una sonrisa complaciente, pero sorprendida, la misma con que se expresa la atracción ante una obra de arte a un punto de la destrucción. Miller aguantó la furia de aquel viento. Cuando todo el mundo esperaba verlo derribado, esta vez por el oleaje de curvas de Marilyn, el intelectual se doblaba como el junco pensante de Pascal y volvía a recobrar la vertical de su eje de acero, aunque no pudo resistir mucho tiempo. No sé qué más necesitan en Broodway para convertir el choque de amor de esta pareja en un musical.

Muerta ya Marilyn por propia mano o por otra distinta, de este nuevo fracaso Miller se recuperó escribiendo Después de la caída, pero ya no hubo ninguna entrevista en que el periodista no le preguntara por ella.

-¿La recuerda a menudo?

-¡Cómo podría evitarlo! Por todas partes hay retratos suyos. La publicidad permanente era un gran problema para nuestra relación personal. La recuerdo con compasión. Era como ese payaso que quiere que oigan sus versos en una esquina pero todos esperaban que se desnudara.

Roto aquel sueño americano que nos fascinaba cuando éramos jóvenes, el desembarco en Normandía, los marines en Nápoles, el cigarrillo de Bogart, Gene Kelly cantando bajo la lluvia en París, el glamour de la propia Marilyn, el espejismo de los Kennedy, la Norteamérica que despidió a Miller en la tumba era ya un país con un capitalismo grasiento, desbancado el comunismo de la Unión Soviética, pero en medio de una sociedad de hormigas sin seso, arrastradas por la fiebre de fusiones y dentelladas de tiburones que se devoran entre sí, a millones de viajantes, como Willy Loman, sólo les quedaba la conciencia crítica de este dramaturgo. Mientras uno lucha no está muerto. El 80% de los norteamericanos cree que irá al cielo, pero también la mayoría piensa que allí no encontrará a nadie conocido.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

LAS DELICADAS FRONTERAS

LUIS LANDERO
EL PAÍS -
Cultura - 02-12-1993


Mis relaciones con Miguel Delibes, como supongo que les habrá ocurrido a otros lectores y escritores de mi generación, fueron durante un tiempo conflictivas. Y supongo también que se trató de un malentendido propiciado por una época en que comenzaban a difundirse, y a cuajar, en España las técnicas y modos narrativos de los grandes autores europeos y norteamericanos de entreguerras, y cuando de pronto, con una actitud tan animosa como atolondrada, el realismo menesteroso de los años cincuenta, y de paso cualquier otro tipo de realismo, fue declarado de una vez por todas vergonzante e inepto. Este país, que siempre tiene alguna cuenta pendiente con la historia, como no suele inventar sus propias cosas, ni en consecuencia sus propios matices, se limita casi siempre a tomar partido a favor o en contra de las ajenas. Yo había leído ya, con esa fervorosa y sabia inocencia con que se acostumbra a devorar las novelas del siglo XIX, La sombra del ciprés es alargada y, sobre todo, El camino, El diario de un cazador y La hoja roja. Y supongo que hubiera seguido leyendo a Delibes si no llega a ser porque, por entonces, me llegó la hora de tomar partido, y ante la disyuntiva, me decidí por ser indiscutiblemente moderno. Tardé en comprender dos cosas: una, que la moda en el arte es la modernidad hecha ya manierismo; otra, que Miguel Delibes es un autor moderno por la razón sencilla de que es intemporal. Ahora, que dicen que está volviendo el gusto de que la novela sea ante todo novelesca, y de que cuente mucho y de que se permita todas las trampas posibles con tal de que entretenga, se vienen a utilizar contra un Juan Benet, o un Juan Goytisolo, por ejemplo, los mismos argumentos excluyentes que en otro tiempo se usaron contra Miguel Delibes. Y es que hay que tomar partido, y afirmar un término conlleva condenar el contrario. A veces uno piensa que la intolerancia es más feroz en la estética que en la política. Pero es difícil entender estas cosas: del mismo modo que la política ha de inspirarse en la razón, las pasiones son potestativas del arte, y por eso el arte ha de asumir ciertas contradicciones que, fuera de él, son signo de barbarie. Uno tarda en entender, como nos enseña Truman Capote, la diferencia entre escribir bien y escribir mal (y Delibes escribe, por cierto, con esa rara perfección renacentista que se consigue cuando se acierta a unir indisolublemente la lengua hablada y la lengua escrita), pero aún tardará más en distinguir esa frontera delicada y brutal que media entre escribir bien y hacer una obra de arte. Y quizá por eso, Delibes es un hallazgo propicio para la juventud y para la madurez.
A mí con Delibes me reconciliaron mis alumnos de Bachillerato. Una de las ventajas de ser profesor son las lecciones que uno recibe si se es razonablemente humilde para recibirlas. A los jóvenes, instintivamente, les gusta Delibes. Como decía Ortega de Baroja, Delibes es de esos novelistas que, en la primera página, te cortan la retirada, y ya no hay más remedio que seguir adelante. "Un novelista para jóvenes", piensa uno entonces, no sin cierto desdén. "Un novelista meramente gracioso", es seguro que dijeron durante más de un siglo muchos de los lectores de El Quijote. Uno tarda en reconocer la sabiduría cuando viene disfrazada en el difícil arte de la sencillez. Delibes ha ahondado en la vida hasta una profundidad que sólo el tiempo acertará a medir con precisión.
De El Quijote, dijo Vosller que es como una lagunilla que cualquier niño puede bordear sin peligro, pero donde el sabio más sabio se ahogaría si intentase cruzarla a nado. Y esto es lo que también puede decirse de Delibes: que tiene ese doble y endiablado encanto del arte que, en su discreción, lo está diciendo todo.
De adolescente bordeé a Delibes; de adulto, sigo cultivando el placer de bordearlo y, a veces, de cruzarlo a nado. Tal es, en definitiva, el privilegio de los clásicos.

MIGUEL DELIBES

Miguel Delibes (Valladolid, 17 de octubre de 1920).


Miguel Delibes nació en Valladolid en 1920. Al acabar la Guerra Civil comenzó a estudiar Comercio -obtendría la cátedra en 1945- y se licenció en Derecho. Trabajó como redactor en el Norte de Castilla y llegó a alcanzar el puesto de director en 1958, aunque cinco años después dimitiría a raíz de varios enfrentamientos con Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo.
Con sólo 28 años, Delibes obtuvo el Premio Nadal por “La sombra del ciprés es alargada”. A esta obra le sucedieron títulos como “El camino”, “Mi idolatrado hijo Sisí” o “La partida”, su primer libro de relatos. En 1955 publicó “Diario de un cazador”, obra que fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura. Siete años después recibió el Premio de la Crítica por “Las ratas”.

Autor de “El disputado voto del señor Cayo” o “Los santos inocentes”, Delibes, amante de la naturaleza y siempre atento a sus peligros, ha escrito numerosas páginas dedicadas al medio ambiente y a su afición por la caza y la pesca.
Adaptadas al cine y al teatro, muchas de las obras del escritor vallisoletano han gozado de reconocimiento y admiración de crítica y público, y le han reportado insignes galardones como el Príncipe de Asturias de las Letras, en 1982, o el Premio Cervantes, en 1993.

Desde 1975 ocupa el sillón “e” de la Real Academia Española. Su última gran obra, “El hereje” –que dedica a Valladolid-, se publicó en 1998, recibiendo el Premio Nacional de Narrativa.

Hace unos años se creó la Cátedra Miguel Delibes, con sede en las universidades de Nueva York y Valladolid, cuyo objetivo es el estudio de la Literatura española contemporánea.

Los versos que le dedicara Jorge Guillén dan cuenta de la admiración que sentía el poeta de la generación del 27 por nuestro escritor:

Admiremos al hombre auténtico de veras,
Que sabe organizar su vivir y sus libros,
Muy al tanto de todo, sin inclinarse a nada,
Porque son tan ajenas
Al manantial continuo de gran inspiración;
Auténtico vivir cuajado en escritura
Límpida, magistral, y así tan convincente,
Un arte narrativo que recrea
Campo y Ciudad, sus luces y sus ideas,
Profundos los paisajes minuciosos,
Vegetaciones, hombres, animales,
En medio el cazador.

martes, 29 de septiembre de 2009

LOS PERSONAJES SOLITARIOS DE MURIEL BARBERY


La escritora francesa arremete contra la burguesía en
'La elegancia del erizo' AURORA INTXAUSTI - Madrid - 05/10/2007



Un libro que cae de una estantería, un gato que sitúa sus patas sobre el nombre de una mujer y la imaginación de Muriel Barbery (Bayeux, Francia,1969) han posibilitado que los lectores puedan tener entre sus manos La elegancia del erizo (Seix Barral), una oda a la belleza de las personas que nos rodean y una crítica mordaz a la burguesía francesa. La escritora habla en su literatura de la soledad, de la inteligencia del individuo y de la solidaridad. La elegancia del erizo descubre a mujeres y hombres que viven juntos pero en mundos diferentes, separados por la cultura y las condiciones sociales. Cuenta una historia que emerge del número 7 de la calle Grenelle, un inmueble burgués de París, en el que nada es lo que parece. Dos de sus habitantes esconden un secreto. Renée, la portera, lleva mucho tiempo fingiendo ser una mujer común. Paloma tiene 12 años y oculta una inteligencia extraordinaria. Ambas llevan una vida solitaria, mientras se esfuerzan por vencer la desesperanza.

El personaje de la portera aparece fugazmente en La golosina, el anterior libro de la escritora, profesora de Filosofía en Bayeux, trabajo que abandonará durante un tiempo tras el éxito editorial logrado en su país. "Deseé crear un personaje en el que cupiese el desarraigo y la soledad más absoluta y que al mismo tiempo tuviese la capacidad de tener un amplio conocimiento de la vida y fuese una sabia". Muriel Barbery ha llegado a la conclusión de que "la inteligencia es algo transversal a todos los estratos sociales" y, por ello, tanto Renée como Paloma pueden compartir las mismas inquietudes intelectuales. A pesar de tener un físico muy poco agraciado, Renée es, en realidad, una experta en gramática, sensible con las naturalezas muertas holandesas, que lee a Tolstói, escucha a Mozart y al rapero Eminem, y le encanta el cine japonés de Ozu -una pasión que comparte también la escritora, que se trasladará un año a Villa Kujoyama en Japón para escribir su próxima novela-. "Si hubiera una intención en el libro sería la de mostrar a unos personajes solitarios", subraya Barbery, quien explica que la aparición de Paloma, que escribe un diario doble, se produjo cuando llevaba escrito el 80% del libro y tuvo que volver a empezar para darle un protagonismo mayor.
En La elegancia del erizo, la escritora alude a las dificultades de algunos seres humanos para entablar relaciones. "Es algo que a mí me resulta muy difícil. La mayor parte de mi vida la he pasado en un círculo muy restringido por el temor a lo desconocido". Habla Barbery de su crítica a la burguesía en el libro. "En mi país hay una gran fractura entre las clases sociales y un elitismo cultural muy fuerte. El fenómeno de la integración de la inmigración ha sido un absoluto fracaso".
La escritora se ruboriza ante una sesión fotográfica y huye de las cámaras de televisión, una timidez que le llevó a pensar en sus inicios que su obra jamás iba a ser publicada. "Cuando escribes te metes en un mundo impenetrable, tan íntimo que me resulta chocante que se vaya a publicar o salir a la luz lo que imagina mi mente y se va reflejando en el ordenador. Admiro a los escritores que tienen un plan o una estructura, pero yo me siento por la mañana y no sé hacia dónde voy a tirar. Además, si lo sé, malo, porque seguro que luego no vale para nada. Hay momentos en los que tengo la impresión de estar como en trance". Su peculiar forma de escribir se condensa en capítulos muy cortos que dejan al lector expectante ante los acontecimientos que va descubriendo en La elegancia del erizo
.

viernes, 11 de septiembre de 2009

EL TAMBOR DE HOJALATA (1959-2009)

Los otros laberintos de Günter Grass.

"Siempre estoy dibujando aunque no estoy dibujando realmente, porque estoy escribiendo o concentrándome en no hacer nada. También al escribir las frases empezadas en un papel, siguen dibujándose en otro".



Günter Grass

Además de sus conocidos trabajos dentro de la novela, la biografía y el ensayo, el autor de “El tambor de hojalata”, cuya publicación cumple este año medio siglo, se ha internado por otros laberintos, plásticos y librescos: dibujo, acuarela, escultura y poesía. Es larga la lista de escritores que se expresaron, también, con ayuda del pincel, el lápiz o el cincel: García Lorca, Víctor Hugo, Pérez Galdós, Bruno Schulz, William Blake, etc.




Günter Grass trabajó como aprendiz de marmolista en 1947. Al año siguiente estudió pintura y escultura en la Escuela de Bellas Artes de Düsseldorf, y, algunos años después, en Berlín. En 1955, antes de publicar “El tambor de hojalata”, presentó su primera exposición de escultura.



Günter Grass:“Rücken an Rücken”2002


"La obra gráfica corre paralela a la prosa. Son mundos artísticos distintos que responden a criterios estéticos. En algunos casos, mis dibujos reflejan acontecimientos de la vida. Por ejemplo, durante los seis meses que pasé en Calcuta, sólo pude pintar. No podía expresarme de otra manera: los hombres viviendo de la basura, en la basura de la sociedad, convertidos ellos mismos en basura. Pero la mayoría surge de un universo de imaginación y fantasía".






En 2009 ha sido publicado su último libro de poesía, “Payaso de Agosto”, ilustrado con dibujos del autor, una costumbre que se remonta a 1972, cuando vio la luz su “Diario de un caraco






Su primer premio literario lo alcanzaría en un concurso de poesía, logrando el tercer premio en el concurso de poesía de la emisora de radio Süddeutscher Rundfunk, en 1955. De entre sus primeros trabajos hemos rescatado el siguiente poema:



Glück (Felicidad)


Un autobús vacío
se precipita en la noche cuajada de estrellas.
Tal vez cante su conductor
sintiéndose feliz.


jueves, 10 de septiembre de 2009

GÜNTER GRASS















Günter Wilhelm Grass nació en Ciudad libre de Dánzig, el 16 de octubre de1927. Hijo de Willy Grass, un cristiano protestante alemán, y de Helene Grass ,una cristiana católica de origen polaco. Grass creció como católico.
En su novela A paso de cangrejo ( 2002), recuerda el destino de millones de alemanes que fueron víctimas de la Segunda guerra mundial. La pieza central del libro es el hundimiento del barco Wilhelm Gustloff, el 30 de enero de 1945, con miles de refugiados de la Prusia Oriental a bordo; muchos de ellos, niños. Como en Alemania es un tema monopolizado por las poderosas asociaciones de refugiados de Prusia Oriental, de corte conservador, Grass corría el riesgo de verse adscrito a una ideología que no era la suya. Por eso en su novela va contraponiendo el tema de la muerte de miles de refugiados alemanes con el destino fatal de un joven de la ultraderecha. Causó decepción, principalmente en la izquierda, su confesión al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung según la cual en su juventud perteneció a las Waffen-SS Hasta antes de esta confesión, se conocía que en 1944 ingresó en el ejército como auxiliar de artillería y después sirvió como soldado. Grass asegura que su ingreso a las Waffen-SS no fue voluntario ya que fue destinado,a los 17 años, a Dresden, donde sirvió en la 10ª División Panzer SS Frundsberg en ese grupo de choque nazi. Detalles de su vida aparecen en la autobiografía Pelando la cebolla, en la que relata su infancia, su vida como soldado, sus inicios como escritor y su relación con el Papa Benedicto XVI, quién también fue prisionero de guerra en Bad Aibling, Baviera. Ante estas revelaciones, Grass ha recibido fuertes críticas, por lo que ha sido defendido entre muchos otros por Volker Schlöndorff, por Salman Rushdie y Mario Vargas Llosa. Fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1999 y el Premio Nobel de Literatura en el mismo año. Son múltiples sus compromisos en el campos del arte, la cultura, la política y los derechos humanos



EL TAMBOR DE HOJALATA Obra de la que nos ocuparemos en la primera reunión de nuestro club de lectura en esta nueva temporada. Se trata de una novela estructurada en tres libros; que a su vez está dividida en episodios. y fue llevada al cine por el director alemán Volkor Schlöndorff El tambor de hojalata fue considerado de difícil lectura cuando se publicó en 1959. EL tiempo le ha otorgado la facilidad de las obras maestras, la indiscutible afirmación de su propio genio, la talla enorme de su desmesurada inventiva, la clara penetración de su crítica cruel, casi masoquista -de alemán sobre Alemania-. La historia de Oscar, el pequeño que no quería crecer, es uno de los símbolos literarios más entrañables de nuestro tiempo. Rica en lo que se refiere a todos los sentimientos humanos. Entre los símbolos que el autor maneja dentro de su obra, “el tambor” es el más obvio e importante de todos. El tambor se convierte en un elemento de poder y de defensa sobre y contra quienes atacan este mundo que debe ser inviolable. Pero todo y cada uno de los elementos que se plantean dentro de la obra son recursos sobre los cuales se ha aplicado una gran dosis de creatividad. Es un libro que está escrito en primera persona del singular y maneja un tiempo rotativo entre presente y pasado. Sin lugar a duda es una de las piezas literarias más ricas de la literatura y de la narrativa del siglo XX .
Relación de otras de sus obras:

Biograficas
Cinco decenios
Pelando la cebolla
La caja

Novelas
Faltan diez minutos para Buffalo
El tambor de hojalata
El gato y el ratón
Años de perro

Ensayo
Alemania: una unificación insensata
Malos presagios
Discurso de la pérdida. Sobre el declinar de la cultura en la Alemania unida

lunes, 8 de junio de 2009

LA CONJURA DE LOS NECIOS



CUARENTA ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE J. K. Toole 1969-2009



IX. Cuando un verdadero genio aparece en el mundo podréis reconocerlo por esta señal: todos los necios se unirán contra él.

XVIII. La ambición con frecuencia empuja a los hombres a hacer las acciones más ruines. Así, trepar se hace en la misma postura que arrastrarse.

XXXV. La mayoría de las diversiones de los hombres, los niños y los animales son una imitación de la lucha.

Puntos de vista sobre diversas cuestiones, Jonathan Swift.


Un Chevrolet Chevelle color blanco del año 67 fue el espacio elegido por nuestro autor
para despedirse de todo y de todos: con un trozo de manguera de jardín conectó el tubo de escape
con el interior del vehículo y así fueron encontrado, auto y dueño junto a una carretera vecinal, muy cerca de Biloxi, Mississippi, dos meses después de abandonar su hogar o, lo que es lo mismo, dejar atrás a la dominante Telma Toole, su madre, en compañía de un hombre camino de la demencia, su padre. Regresaba John Kennedy Toole de un viaje que le había llevado a muchos sitios y a California, donde parece que llegó a visitar el castillo de William R. Hearst, aquel magnate retratado por Orson Welles en “Ciudadano Kane”. Así finalizaba la otra conjura contra el creador del personaje Ignatius Reilly: la de la depresión y el alcohol; este final “hermanaría” al escritor nacido en Louisiana con otro “ilustre” suicida: Thomas Chatterton, quien ciento noventa y nueve años antes había decidido, con ayuda del arsénico, apearse de este mundo que tanto le incomprendía.

Escapar, escapar. Fue así, escapando a través de la escritura como Toole escribió su primera novela, “La biblia de neón”, con dieciséis años. En sus páginas pulula sobre suelos de arcillas y cenizas David, un niño de esa misma edad que sufre la realidad en un pueblo perdido del Sur estadounidense...

La maestra se llamaba señora Watkins. También conocía a su marido, que era diácono de la iglesia. No sé cómo se ganaba la vida, pero su nombre salía continuamente en el periódico, porque intentaba eliminar la bebida del condado, impedir que la gente de color votara, procurar que retiraran “Lo que el viento se llevó” de la biblioteca, porque lo leía mucha gente y él sabía que era ´licencioso´."


Algunos años después escaparía de nuevo nuestro escritor -esta vez poniendo tierra de por medio- para trabajar como asistente del Departamento de Inglés en Lafayette (Louisiana). Pero antes había vivido en Nueva York, donde finalizó su posgrado en la Universidad de Columbia y donde, quizá, vivió sus momentos más felices tras conocer a una estudiante, la mujer que resultaría su amor platónico y cuya relación inspiraría la que Ignatius Reilly y Myrna Minkoff mantienen a lo largo del libro que estamos leyendo este mes. Es sabido que Toole siempre quiso volver a Nueva York y reencontrarse con aquella chica.

Sin embargo, una vez más, la realidad no tuvo un final tan feliz como la ficción: Ruth Kathmann no volvió, John Kennedy Toole no se salvó.




miércoles, 13 de mayo de 2009

ALBERT CAMUS


“No hay espectáculo más hermoso para un hombre sin anteojeras que el de la inteligencia enfrentada a una realidad que la supera”.

(“El mito de Sísifo”, Albert Camus”).


extranjero, ra.(Del fr. ant. estrangier).

1. adj. Que es o viene de país de otra soberanía.

2. adj. Natural de una nación con respecto a los naturales de cualquier otra. U. m. c. s.

3. m. Toda nación que no es la propia.

En su intento de arrojar luz sobre el insondable paisaje del alma humana, Albert Camus (1913-1960) se sirvió del ensayo, de la narrativa, del teatro y del periodismo. En 1942 aparecieron, casi simultáneamente, dos importantes obras de este autor de origen argelino: el ensayo “El mito de Sísifo” y “El extranjero”, novela que nos ocupa estos días. La lectura de ese ensayo nos ayuda a desentrañar la “anomalía” que rige el alma del protagonista, Mersault: lo que imaginamos mientras vamos pasando páginas de “El extranjero”... nos lo explicamos al leer “El mito de Sísifo”:

“Los dioses condenaron a Sísifo a empujar eternamente una roca hasta lo alto de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Pensaron, con cierta razón, que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza. Si damos crédito a Homero, Sísifo era el más sabio y más prudente de los mortales. No obstante, según otra tradición, propendía al oficio de bandido. No veo contradicción en ello.

(...) Se habrá comprendido ya que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es tanto por sus pasiones como por su tormento.

(...) Lo trágico de este mito estriba en que su héroe es consciente”.

(...)

“Vivir, naturalmente, jamás es fácil. Seguimos haciendo los gestos que la existencia pide por muchas razones, la primera de las cuales es la costumbre. Morir voluntariamente supone que hemos reconocido, aunque sea instintivamente, el carácter del ridículo de esta costumbre, la ausencia de toda razón profunda para vivir, el carácter insensato de esa agitación cotidiana y la inutilidad del sufrimiento.

¿Cuál es, pues, ese incalculable sentimiento que priva al espíritu del sueño necesario para su vida? Un mundo que podemos explicar, aunque sea con malas razones, es un mundo familiar. Pero en un universo privado desprovisto de ilusiones y de luces, el hombre se siente extranjero. Es un destierro sin remedio, pues está privado de los recuerdos de una patria perdida o de la esperanza de una tierra prometida. Ese divorcio entre el hombre y su vida, el actor y su decorado, es propiamente el sentido de lo absurdo”.

(...)

“A partir del momento en que es reconocido, lo absurdo es una pasión, la más desgarradora de todas. Todo estriba en saber si se puede vivir con pasiones, en saber si se puede aceptar su ley profunda, que es quemar el corazón que al mismo tiempo exaltan”.



martes, 14 de abril de 2009

CLUB DE LECTURA

EL DÍA DOS DE ABRIL CELEBRAMOS LA PRIMERA REUNIÓN,DE NUESTRO HABITUAL CLUB DE LECTURA, EN LA NUEVA BIBLIOTECA.





lunes, 30 de marzo de 2009

Dos poemas. Los Novísimos.


En 1970, el crítico José María Castellet publicaba “Nuevo Novísimos”, una antología de poemas que presentaría a esta generación como la renovadora de la lírica española tras la crisis, en los 60, de la llamada poesía social. De entre esos nueve poetas –luego aparecería una segunda hornada de autores-, el próximo 2 de Abril compartiremos impresiones sobre los poemas abajo transcritos de Pere Gimferrer y Leopoldo María Panero.

En 1966, Gimferrer publica Arde el mar, libro representativo de las novedades que iban a imponerse en materia poética: profusión de metáforas, adjetivos brillantes, referencias cinematográficas, culturalismo.

Leopoldo María Panero es considerado el más radical de los poetas antologados por Castellet: por el lenguaje que utiliza y por los temas que aborda. La autodestrucción, la crueldad que habita en el amor, la figura de la madre (una de sus obsesiones), etc., lo hacen heredero de la tradición, surgida dos siglos atrás, del malditismo y de la marginalidad social.



ARDE EL MAR

Oh ser un capitán de quince años
viejo lobo marino las velas desplegadas
las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazas
las pipas humeantes de los armadores pintados al óleo
las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el cielo de
zinc
los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo en
las aguas con sordo estampido
el humo en los cafetines
Dick Tracy los cristales empañados la música zíngara
los relatos de pulpos serpientes y ballenas
de oro enterrado y de filibusteros
Un mascarón de proa el viejo dios Neptuno Una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar bajo
los cocoteros


(Pere Gimferrer. Arde el mar. 1966)


DESEO DE SER PIEL ROJA

La llanura infinita y el cielo su reflejo.
Deseo de ser piel roja.
A las ciudades sin aire llega a veces sin ruido el relincho de un
onagro o el trotar de un bisonte.
Deseo de ser piel roja.
Sitting Bull ha muerto: no hay tambores que anuncien su llegada
a las Grandes Praderas.
Deseo de ser piel roja.
El caballo de hierro cruza ahora sin miedo desiertos abrasados de
silencio. Deseo de ser piel roja.
Sitting Bull ha muerto y no hay tambores para hacerlo volver
desde el reino de las sombras.
Deseo de ser piel roja.
Cruzó un último jinete la infinita
llanura, dejó tras de sí vana
polvareda, que luego se deshizo en el viento.
Deseo de ser piel roja.
En la Reservación no anida
serpiente de cascabel, sino abandono.
DESEO DE SER PIEL ROJA.
(Sitting Bull ha muerto, los tambores
lo gritan sin esperar respuesta.)

(Leopoldo María Panero. Así se fundó Carnaby Street. 1970)

martes, 3 de marzo de 2009

FEDERICO GARCIA LORCA




HAY DOS FEDERICOS: el de la verdad y el de la leyenda. Y los dos son uno solo. Hay tres Federicos: el de la poesía el de la vida y el de la muerte. Y los tres son un solo ser. Hay cien Federicos y cantan todos ellos. Hay Federicos para todo el mundo. La poesía, su vida y su muerte se han repartido por toda la tierra. Su canto y su sangre se multiplican en cada ser humano. Su breve vida crece y crece. Su corazón destrozado estaba repleto de semillas: no sabrán los que lo asesinaron que lo estaban sembrando, que echaría raíces, que seguiría cantando y floreciendo en todas partes y en todos los idiomas, cada vez más sonoro, cada vez más viviente.

PABLO NERUDA






RESEÑA BIOGRÁFICA


En 1918 publicó su primer libro Impresiones y paisajes, costeado por su padre. En 1920 se estrenó en teatro su obra El maleficio de la mariposa, en 1921 se publicó Libro de poemas, y en 1923 se pusieron en escena las comedias de títeres La niña que riega la Albahaca y el príncipe preguntón. En 1927, en Barcelona, expuso su primera muestra pictórica.En esta época frecuentó activamente a los poetas de su generación que permanecen en España: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, y sobre todo Buñuel y Dalí, a quien después le tributó Oda a Salvador Dalí. El pintor, por su parte, pintó los decorados del primer drama del granadino: Mariana Pineda. En 1928 publicó la revista literaria Gallo, de la cual salieron solamente dos números.

En
1929 marchó a Nueva York. Para entonces se habían publicado, además de los antes mencionados, sus libros Canciones (1927) y el Primer romancero gitano (1928), siempre su obra poética más popular y más accesible. De su viaje y estancia en Nueva York surge el libro Poeta en Nueva York. En 1930 fue a La Habana, donde escribió parte de sus obras Así que pasen cinco años y El público. Ese año regresó a España, donde fue recibido en Madrid con la noticia de que su farsa popular La zapatera prodigiosa se estaba escenificando.

Al instaurarse la
Segunda República española, Fernando de los Ríos fue nombrado Ministro de Instrucción Pública. bajo el patrocinio oficial, se encargó a Lorca la co-dirección de la compañía estatal de teatro «La barraca», donde disfrutó de todos los recursos para producir, dirigir, escribir y adaptar algunas obras teatrales del Siglo de Oro español. Escribió en este período Bodas de sangre, Yerma y Doña Rosita la soltera.

En
1933 viajó a la Argentina de la Década Infame para promover la puesta en escena de algunas de sus obras por la compañía teatral de Lola Membrives y para dictar una serie de conferencias, siendo su estancia un éxito: a manera de ejemplo, su puesta de La dama boba, de Lope de Vega, atrajo a más de sesenta mil personas. Entre este año y 1936 escribió Diván de Tamarit, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, que conmovió al mundo hispano, La casa de Bernarda Alba y trabajaba ya en La destrucción de Sodoma cuando estalló la Guerra Civil española.

Tras una denuncia anónima, el
16 de agosto de 1936 fue detenido en la casa de uno de sus amigos, el también poeta Luis Rosales.
Después de su muerte se publicaron
Primeras canciones, Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín.




LA ZAPATERA PRODIGIOSA


ANTES DEL ESTRENO.HABLANDO CON FEDERICO GARCIA LORCA

Si; quiero a mi zapatera.
Zapaterilla prodigiosa….
Es la lucha perpetua, con su fondo dramático expuesto tranquilamente, sencillamente ( yo creo que por esto más íntimo),entre la fuerza de la ilusión sentida hacia lo que huyó de nuestra mirada y la fuerza de la realidad, la pobreza de la realidad, cuando vemos llegar a lo que perdimos y por perdido encendió tanta ilusión…..La maravilla de lo que creíamos que era y la vulgaridad de lo que es...(…)
¡Ah!...Escenarios y figurines míos. Son cosas, la concepción y el ambiente, tan unidos a los tipos, sus trajes, sus colores, que es casi imposible que surja una compenetración entre el que los confecciona y el autor que los ha visto moverse y vivir mientras corría la pluma.
La Libertad, Madrid, 24 de Diciembre de 1930





FILMOGRAFÍA


Películas basadas en la vida de Lorca:

Lorca, Muerte de un poeta(1987), dirigida por Juan Antonio Barden (serie de televisión)
Muerte en Granada ( 1997), dirigida por Marcos Zurinaga ( el actor Andy García da vida al poeta)
Lorca (1998), dirigida por Iñaki Elizalde
La Luz prodigiosa (2003), dirigida por Miguel Hermoso
Lorca, El mar deja de moverse (2006), documental dirigido por Emilio Ruiz Barrachina



Películas basadas en la Obra de Lorca:

Bodas de sangre (1981), Carlos Saura (R. VI00711)
La casa de Bernarda Alba(1982), de Mario Camus (R. VI00735)
Proceso a Mariana Pineda (1984), de Rafael Moreno Alba (serie de tve)
Viaje a la Luna (1998), cortometraje de Frederic Amat
Yerma (1998), de Pilar Távora (R. VI00562)




Las películas en las que aparece indicado un registro, están a disposición del usuario en nuestra biblioteca.

martes, 17 de febrero de 2009


LA MÚSICA DE HENRY MATISSE


JAIME GIL DE BIEDMA

Reseña biográfica
Poeta español nacido en Barcelona en 1929 en el seno de una familia de la alta burguesía. Inició sus estudios de Derecho en Barcelona y los continuó en Salamanca, por cuya universidad se licenció. Su poesía, de tono elegíaco, enlaza con la de Vallejo, Antonio Machado y con el delicado erotismo de Cernuda. Aunque su obra no es muy extensa, es una de las que más influencia ha ejercido en las generaciones recientes.Su primer libro, «Según sentencia del tiempo», se publicó en 1953.Luego, «Compañeros de viaje» en1959, «En favor de Venus» en 1965, «Moralidades» en1966, «Poemas póstumos» en1968, «Las personas del verbo» en 1975 y 1982, donde recoge su poesía hasta esas fechas. Escribió agudos ensayos literarios, y después de su muerte se editó un diario suyo, «Retrato del artista». Murió en Barcelona en 1990. ©
JOSÉ ANGEL VALENTE

Reseña biográfica.
Poeta español nacido en 1929 en Orense, donde pasó su infancia y adolescencia.Inició estudios de Filología Romántica en Santiago de Compostela y los terminó en Madrid. Fue profesor de literatura en la Universidad de Oxford y funcionario de varios organismos internacionales en diversos países. Además de poeta fue ensayista y traductor. Es una de las voces más representativas de la poesía española.Premio Adonais en 1955, Premio de la Crítica en 1960, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1988, Premio Nacional de Poesía en 1993 y Premio Reina Sofía en 1998.Su poesía se caracteriza por una gran exigencia verbal.Falleció en el año 2000. ©




ANTONIO GAMONEDA


SOROLLA

Reseña biográfica

Poeta español nacido en Oviedo en 1931.Es una figura emblemática de la literatura europea. Su obra, de una fuerza excepcional, ha sido reconocida tardíamente como una de las grandes voces de la poesía española actual. Aunque cronológicamente podría pertenecer a la generación de los cincuenta, su obra ha permanecido aislada de cualquier tendencia poética. Doctor Honoris Causa por la Universidad de León, ha recibido entre otros, el Premio Castilla y León de las Letras en 1985, el Premio Nacional de Poesía en 1988 por «Edad» el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana XV Edición por el conjunto de su obra, y el Premio Cervantes en 2006. Además fue nominado al Premio Europa 1993 por su «Libro del frío».Parte de su obra está contenida en los siguientes volúmenes: «Sublevación inmóvil» 1960, «Descripción de la mentira» 1977 y 1986, «León de las miradas» 1979 y 1990, «Blues castellano» 1982, «Lápidas» 1986, «Edad» 1988, «Libro del frío» 1992, «Libro de los venenos» 1995, «¿Tú?» 1998, «Sólo luz» 2000 y «Cecilia» 2004. ©

viernes, 13 de febrero de 2009

Tres poemas. Generación de los 50.


En nuestro largo preludio a la lectura de la obra poética de Miguel Hernández continuamos aproximándonos a distintas expresiones poéticas. Si en la última sesión abordamos la lectura y comentario de tres poetas de la Generación del 27, este mes nos acercaremos a otros tantos poetas de la Generación de los 50: Antonio Gamoneda, José Ángel Valente y Jaime Gil de Biedma.


EXISTÍAN tus manos.
Un día el mundo se quedó en silencio;
los árboles, arriba, eran hondos y majestuosos,
y nosotros sentíamos bajo nuestra piel
el movimiento de la tierra.
Tus manos fueron suaves en las mías
y yo sentí la gravedad y la luz
y que vivías en mi corazón.
Todo era verdad bajo los árboles,
todo era verdad. Yo comprendía
todas las cosas como se comprende
un fruto con la boca, una luz con los ojos.

(Antonio Gamoneda. Exentos I. 1959-60 y 2003)



Ha pasado algún tiempo. El tiempo pasa y no deja nada. Lleva,
arrastra muchas cosas consigo. El vacío, deja el vacío. Dejarse
vaciar por el tiempo como se dejan vaciar los pequeños crustá-
ceos y moluscos por el mar. El tiempo es como el mar. Nos va
gastando hasta que somos transparentes. Nos da la transparen-
cia para que el mundo pueda verse a través de nosotros o pue-
da oírse como oímos el sempiterno rumor del mar en la conca-
vidad de una caracola. El mar, el tiempo, alrededores de lo que
no podemos medir y nos contiene.
(Desde el otro costado)

(José Ángel Valente. Fragmentos de un libro futuro. 2000)




NO VOLVERÉ A SER JOVEN
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
Y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

(Jaime Gil de Biedma. Poemas póstumos. 1968)

martes, 27 de enero de 2009

miércoles, 21 de enero de 2009

JUEGOS DE LA EDAD TARDÍA

"Cuando ya empezaba a anochecer y el campo era rumor, su abuelo se apoyó en la azada y, mirando a lo lejos, exclamó:
¡El afánnn!
Gregorio no conocía la palabra, pero le sobrecogió el tono lastimero en que su abuelo la había pronunciado, echándola de sí con ansia, como si quisiera llenar con ella la noche y el silencio. Por un momento se figuró que se trataba del nombre de un pájaro o del conjuro de una aparición, y él también se puso a mirar lejos, sin ver nada. Y su abuelo, por segunda vez, con terrible susurro, apurando hasta el fondo la sonoridad de la palabra y prolongándola en aullido de lobo, repitió:
-¡ El afánnn!
Parecía un navegante loco descubriendo y dándole nombre a nueva tierra.
Enseguida regresaron a casa.

-¿Qué es el afán, abuelo?-preguntó.
-El afán es el deseo de ser un gran hombre y el de hacer grandes cosas, y la pena y la gloria que todo eso produce. Eso es el afán.
-Y padre ¿también tiene afán?
-También tiene.
-¿Y yo?
- Pronto tendrás edad para tenerlo.
-¿ Y madre?
- Ella no, las mujeres no tienen afán.

Luis Landero

martes, 13 de enero de 2009

Tres poemas

Cuando decidimos incluir en el programa de lecturas de este año una antología poética de Miguel Hernández -de cuyo nacimiento se celebrará en 2010 el primer centenario-, un contertulio del Club Dante sugirió aproximarnos a su lectura de una forma, digamos, asistida a fin de evitar el extrañamiento que puede suscitar un libro de poemas en un lector no acostumbrado a pasar páginas de un poemario: procurar el acercamiento para evitar el enfrentamiento.



Una forma de aproximación a la lectura de cualquier antología poética podría consistir, como anunciamos en la sesión de Diciembre, en la lectura individual de los poemas propuestos cada mes y su posterior comentario e intercambio de impresiones en cada una de las reuniones que nuestro Club celebre desde ahora hasta Abril, mes en que abordaremos la lectura de la obra del poeta oriolano. En cada sesión se distribuirán copias de tres poemas de diferentes autores y compartiremos las opiniones derivadas de su lectura en la siguiente reunión; así, el próximo miércoles 21, tras nuestra reunión en torno a la lectura de “Juegos de la edad tardía”, de Luis Landero, comenzaremos esa aproximación de la mano de los tres poetas propuestos en nuestra última reunión: Federico García Lorca, Emilio Prados y Luis Cernuda. Tres poetas coetáneos de Miguel Hernández pero cada uno de ellos con su particular lente poética.


CASIDA DE LA MUJER TENDIDA

Verte desnuda es recordar la tierra.
La tierra lisa, limpia de caballos.
La tierra sin un junco, forma pura
cerrada al porvenir: confín de plata.

Verte desnuda es comprender el ansia
De la lluvia que busca el débil talle,
o la fiebre del mar de inmenso rostro
sin encontrar la luz de su mejilla.

La sangre sonará por las alcobas
y vendrá con espada fulgurante,
pero tú no sabrás dónde se ocultan
el corazón de sapo o la violeta.

Tu vientre es una lucha de raíces,
tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno.

(Federico García Lorca. Divan del Tamarit. 1931-34)



ÁNGELES

Desvanecida, ahogada,
tu cabeza flotando
resbaló por tus hombros
hasta entrar en mi brazo.

Como un papel mi sangre
se escapó por el viento.
Desmayado, en mis manos
se derramó tu cuerpo.

De perfil por sus aguas,
medio hundido en el río
de mis pulsos, tu rostro
navegó por su olvido.

Como un barco, mi carne
flotaba por la música.
El silencio en mi espalda
clavó sus largas plumas.

Deshojó su corola
la rosa de su estancia.
Libres del mundo, el sueño
Nos colgó por las alas.

(Emilio Prados. Cuerpo perseguido. 1927-28)



PARA UNOS VIVIR

Para unos vivir es pisar cristales con los pies desnudos; para otros
vivir es mirar el sol frente a frente.
La playa cuenta días y horas por cada niño que muere. Una flor
se abre, una torre se hunde.
Todo es igual. Tendí mi brazo; no llovía. Pisé cristales; no había
sol. Miré la luna: no había playa.
Qué más da. Tu destino es mirar las torres que levantan, las flores
que abren, los niños que mueren; aparte, como naipe cuya baraja
se ha perdido.

(Luis Cernuda. Los placeres prohibidos. 1931)